Michelle Bolsonaro se convirtió este domingo en la nueva primera dama de Brasil tras la victoria de su esposo, Jair Bolsonaro, en las elecciones más polarizadas de la historia de ese país.
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La asesora política de 38 años de edad se ha dejado ver muy poco durante la campaña electoral, especialmente después del atentado que sufrió Bolsonaro y por el que estuvo hospitalizado más de un mes.
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Al igual que Melania Trump, Michelle se ha encargado de suavizar la imagen de su esposo, considerado un misógino y racista por sus polémicas declaraciones contra las mujeres.
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La pareja contrajo matrimonio religioso en 2013, siete años después de conocerse en el Congreso de Brasilia donde se enamoraron a primera vista, según declaraciones de Bolsonaro.
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Michelle, que en ese entonces tenía 27 años, trabajaba como asesora política de un diputado en la misma legislatura de Bolsonaro. El la contrató y a los dos años le triplicó el salario.
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'No tardamos en estar seguros de que queríamos compartir una vida juntos', dijo Michelle a medios locales. Seis meses después de conocerse, celebraron su boda civil.
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La pareja tiene una hija de siete años, Laura. Bolsonaro tiene otros cuatro hijos, de sus dos matrimonios anteriores. Dos de ellos, Flavio y Eduardo, fueron elegidos a cargos oficiales, el último de ellos convirtiéndose en el diputado más votado en la historia de Brasil.
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Michelle por su parte, ha realizado pocas apariciones públicas durante la campaña. En redes sociales ha tenido una presencia más activa, traduciendo a lenguaje de signos los discursos de su esposo en Facebook Live.
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Michelle también colabora con la Iglesia Bautista Atitude en diversas causas sociales y se le ve muy a menudo orando con la congregación.
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Con un discreto gusto por la moda, Michelle se adhiere a los valores conservadores que impulsó su esposo en campaña.
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La tercera esposa del 'Trump brasileño' prefiere mantenerse en el segundo plano siempre cuidando la imagen de Bolsonaro.
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Para muchos brasileños, Michelle representa a la 'esposa perfecta' para un presidente.