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El periodista Bob Woodward, del escándalo de Watergate a la era Trump

  • 15 septiembre 2018 /

Su reputación como un periodista fiable en los pasillos del poder casi no tiene precedentes y su habilidad tenaz para respaldar cualquier historia lo han ungido con un respeto casi sin precedentes en la capital estadounidense.

    Estados Unidos.

    Bob Woodward empezó su carrera provocando la caída de un presidente, Richard Nixon. Cuarenta años después, el decano del periodismo político en Estados Unidos podría precipitar el declive de otro mandatario: Donald Trump.

    En “Fear: Trump in the White House” (Miedo: Trump en la Casa Blanca), que llegó a las librerías este martes, Woodward proyecta una imagen devastadora de un presidente estadounidense en constante crisis: un líder irritado y paranoico al cual su equipo lucha por mantener controlado.

    Este es su trabajo más candente desde que junto a su colega Carl Bernstein acorralaron a Nixon con su investigación del escándalo Watergate para el diario The Washington Post, que terminó con la renuncia del mandatario.

    El décimo noveno libro de Woodward subió inmediatamente al número uno de la lista de los más vendidos de Amazon, catapultado por los extractos difundidos la semana pasada que describieron a la Casa Blanca como un lugar en estado constante de “colapso nervioso”.

    Allí aparece citado el propio secretario general de la Casa Blanca, John Kelly, diciendo que su jefe es “inestable” y que la presidencia es una “casa de locos”.

    John Dowd, antiguo abogado de Trump, lo describe como un mentiroso patológico. Este libro, que se suma a una lista de publicaciones que ilustran un perfil poco favorable de Trump, tiene un cariz especial, ya que Woodward es una enseña de calidad con una reputación que ha forjado desde la década de 1970.

    Dos prominentes fuentes usadas por el periodista de investigación Bob Woodward para escribir el devastador retrato del presidente estadounidense Donald Trump indicaron que su relato había sido distorsionado.
    “Todos los hombres del presidente”

    Woodward, de 75 años, estudió en la Universidad de Yale y después pasó cinco años en la marina antes de probar suerte en el periodismo. La primera vez que aplicó para trabajar en The Washington Post fue rechazado por su falta de experiencia.

    Después de entrenarse en un medio local de los suburbios de Washington, logró entrar al prestigioso diario en 1971 y llevaba solo un año como reportero cuando junto a Bernstein se toparon con la historia de su vida: el escándalo de la irrupción en las oficinas del Partido Demócrata en el edificio Watergate.

    Su investigación, convertida en un caso clásico de periodismo, allanó la vía de varias investigaciones formales y en 1974 Nixon renunció.

    “Todos los hombres del presidente” se convirtió en un éxito que dio origen a la premiada película en la que Robert Redford intepreta a Woodward.

    Desde entonces, cuando Woodward llama, la clase política de Washington responde sin dudar.

    Su reputación como un periodista fiable en los pasillos del poder casi no tiene precedentes y su habilidad tenaz para respaldar cualquier historia lo han ungido con un respeto casi sin precedentes en la capital estadounidense.

    El antiguo asesor económico Gary Cohn y el ex consejero Rob Porter emitieron comunicados criticando algunos aspectos del libro “Fear: Trump in the White House”.
    “No es mi trabajo juzgar”

    En todos sus libros Woodward expone meticulosamente los detalles de las reuniones, conversaciones y asuntos políticos con un estilo sólido, sin drama añadido y sus defensores dicen que este relato centrado en los hechos sin agregados es la base de su credibilidad.

    “En una era de los ‘hechos alternativos’ y de tuits corrosivos sobre ‘las noticias falsas’ Woodward es el patrón de oro de la verdad”, dijo el prestigioso periodista Jill Abramson en The Washington Post.

    “No es mi trabajo juzgar”, estimó Woodward este año al portal Vox, al afirmar que su trabajo consiste en decir “exactamente lo que gente ha hecho, lo que esto puede significar, lo que los impulsa y quiénes son”.

    La marca de su estilo es evidente en su libro sobre Trump, que lo perfila como más incriminador que cualquiera de sus publicaciones previas.

    Trump descalificó al libro como “una obra de ficción” y tildó a Woodward de “idiota”.

    Varios altos cargos, incluyendo el secretario de Defensa, Jim Mattis, y Kelly, desmintieron las citas que se les atribuye y dijeron que no le entregaron información a Woodward.

    Sin embargo el autor dice que muchas fuentes le advirtieron que iban a negar todo. “Yo hice mi trabajo. Este es el mejor trabajo de reporteo que se puede hacer o que yo puedo hacer”, dijo el periodista el lunes en una entrevista televisiva.