Una hondureña indocumentada en EEUU, relató el terror que vivió en un centro de detención en Texas después de intentar cruzar la frontera.
En una entrevista para el diario mexicano 'El Universal', la catracha identificada como Rosa, dio detalles de su travesía de hace 10 años cuando buscaba el tan anhelado sueño americano, 'A mí me abusaron en un centro de detención'.
Rosa, quien prefirió mantener su nombre en el anonimato, viajó sola cuando tenía 16 años, en busca de su padre en EEUU, dejando a su madre y hermanos en Honduras.
'Crucé por Arizona, llevábamos dos días caminando por el desierto rumbo a Phoenix, pero nos descubrió la Patrulla Fronteriza y en el centro de detención me fue muy mal', relató la catracha.
Rosa expuso su calvario vivido en el centro de detención en Texas, 'Uno de los guardias se me quedaba viendo y me miraba raro, él y otra mujer —guardia— me llevaron a un área donde había puras mujeres y me enseñaron la cama en la que iba a dormir. Como a la semana de estar ahí, una noche sentí que alguien me estaba tocando, me desperté y era el guardia acariciando mis pechos; me dio mucho miedo, quitó su mano y me dijo algo en inglés que no entendí, en voz baja, y se fue', contó al diario 'El Universal' la hondureña.
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El caso de Rosa es uno más de los no registrados en las estadísticas de abusos contra menores en centros de detención.
'Lo que no me hicieron en el viaje desde Honduras y por México me lo hicieron aquí. No quería decir nada porque tenía miedo, lo que quería era salir para buscar a mi papá. Volvió a suceder como tres o cuatro veces más y la última vez también me tocó abajo, entre mis piernas y entonces le dije a una señora que iba a platicar con nosotras y que estaba buscando parientes de nosotras para ponernos con alguno. Sólo me preguntó si alguien más sabía y al poco tiempo localizaron a una tía mía y ella fue a buscarme y me dejaron salir, pero no le volví a decir a nadie; hasta ahora que lo estoy platicando, pero no quiero demandar ni nada, sólo quiero poder arreglar —los papeles—'.
La hondureña ya cumplió 10 años viviendo en EEUU, pero no ha podido arreglar los papeles, actualmente vive en Homestead, Florida con su padre.
Según datos proporcionados por la Organización de Iniciativas Comunitarias para los Migrantes en Confinamiento (Civic, por sus siglas en inglés), la Oficina del Visitador General de EEUU registró 36,000 quejas de abusos físicos y sexuales entre enero de 2010 y junio 2016.