Brasil.
Río de Janeiro suele ocupar titulares por los enfrentamientos entre bandas criminales y por violentos operativos policiales, pero figura entre las ocho capitales de estados brasileños con menos proporción de homicidios, conforme a un informe divulgado ayer con datos de 2016.
Ese año, el índice de muertes violentas en la ciudad de Río fue de 34.9 por cada 100 mil habitantes.
El menor índice entre las 27 capitales del país es el de la rica Sao Paulo (14.9 por cada 100,000) y el mayor el de Belem, en el paupérrimo nordeste (77), precisa el estudio del oficial Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea) y el privado Foro Brasileño de Seguridad Pública. La media de los 309 municipios estudiados (de más de 100 mil habitantes) es de 38.67 por cada 100,000. La mitad de los casos se concentran en 123 ciudades, 33 de ellas en los estados de Río de Janeiro y Bahía. El triste récord lo ostenta Queimados, con 134.9 muertes violentas por cada 100,000 habitantes.
En todo el país hubo en 2016 un total de 62,517 muertes violentas (30.3/100,000), de acuerdo con la primera parte del informe divulgada la semana pasada. Entre 2006 y 2016, el número de homicidios superó el medio millón (553,000).
El promedio brasileño se sitúa por encima del conjunto de países de América Latina y el Caribe (22 por cada 100,000), la región más violenta del mundo, según datos del Banco Mundial en 2015. En la Unión Europea, el promedio era ese año de uno por cada 100,000, y en Estados Unidos, de cinco por cada 100,000 habitantes.
El estudio brasileño señala la correlación entre la violencia y las condiciones de educación, oportunidades laborales y vulnerabilidad, por lo que las ciudades que presentan mayores tasas de muertes violentas son las que cuentan con mayor población en situación de pobreza.
Río de Janeiro suele ocupar titulares por los enfrentamientos entre bandas criminales y por violentos operativos policiales, pero figura entre las ocho capitales de estados brasileños con menos proporción de homicidios, conforme a un informe divulgado ayer con datos de 2016.
Ese año, el índice de muertes violentas en la ciudad de Río fue de 34.9 por cada 100 mil habitantes.
El menor índice entre las 27 capitales del país es el de la rica Sao Paulo (14.9 por cada 100,000) y el mayor el de Belem, en el paupérrimo nordeste (77), precisa el estudio del oficial Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea) y el privado Foro Brasileño de Seguridad Pública. La media de los 309 municipios estudiados (de más de 100 mil habitantes) es de 38.67 por cada 100,000. La mitad de los casos se concentran en 123 ciudades, 33 de ellas en los estados de Río de Janeiro y Bahía. El triste récord lo ostenta Queimados, con 134.9 muertes violentas por cada 100,000 habitantes.
En todo el país hubo en 2016 un total de 62,517 muertes violentas (30.3/100,000), de acuerdo con la primera parte del informe divulgada la semana pasada. Entre 2006 y 2016, el número de homicidios superó el medio millón (553,000).
El promedio brasileño se sitúa por encima del conjunto de países de América Latina y el Caribe (22 por cada 100,000), la región más violenta del mundo, según datos del Banco Mundial en 2015. En la Unión Europea, el promedio era ese año de uno por cada 100,000, y en Estados Unidos, de cinco por cada 100,000 habitantes.
El estudio brasileño señala la correlación entre la violencia y las condiciones de educación, oportunidades laborales y vulnerabilidad, por lo que las ciudades que presentan mayores tasas de muertes violentas son las que cuentan con mayor población en situación de pobreza.
