La tormenta invernal Eleanor barrió este miércoles Irlanda, Reino Unido, Francia, Bélgica y Holanda con fuertes vientos que causaron un muerto, obligaron a parar el tráfico aéreo y de ferrocarril y dejaron a miles de personas sin electricidad.
Un esquiador murió al caerle encima un árbol en Morillon, en los Alpes franceses, y otras 15 personas resultaron heridas en el resto del país, dijo a la AFP Michael Bernier, portavoz de Defensa Civil.
Otra persona resultó herida al caerle encima también un árbol en el pueblo holandés de Heesch.
El fuerte viento obligó a cerrar durante unas horas los aeropuertos franceses de Estrasburgo y Basilea-Mulhouse (compartido con Suiza).
En el aeropuerto parisino Charles de Gaulle, el 60% de las salidas sufrieron retrasos, así como un tercio de las llegadas, y algunos vuelos tuvieron que desviarse hacia otros destinos.
Retiro de árboles caídos cerca de una carretera en Baden-Würtemberg, Alemania.
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La Torre Eiffel, que recibe a seis millones de visitantes cada año en París, estuvo cerrada hasta el miércoles por la tarde, y la capital francesa cerró todo sus parques durante el día por temor a la caída de árboles.
En el Reino Unido, la fuerte lluvia y crecida de las aguas obligó a cerrar la barrera del río Támesis, que protege de inundaciones a Londres.
'Se produjeron fuertes lluvias en el sur del Reino Unido con granizo, y truenos y relámpagos fuertes que despertaron a la gente', dijo la meteoróloga Becky Mitchell.
Daños provocado por la tormenta en la ciudad de París, Francia.
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En Irlanda, la compañía eléctrica ESB anunció que había restablecido la electricidad a 123.000 clientes, pero que 27.000 seguían sin luz.
Bélgica y partes de España estaban en alerta 'naranja', el segundo nivel más peligroso, y las autoridades pidieron cautela a la gente que se aventure fuera.
En Holanda, se cancelaron 252 de los 1.200 vuelos con salida del aeropuerto Schiphol de Amsterdam, uno de los más importantes de Europa.
Fuerte oleaje golpea la costa francesa cerca de la ciudad de Calais.
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La tempestad se dirigía a la isla mediterránea francesa de Córcega, donde se esperaban vientos de hasta 200 kilómetros por hora.