28/03/2024
10:10 PM

Aaron Hernández tenía el cerebro 'inmensamente atrofiado”

Hernández se suicidó pocas horas antes de que sus excompañeros de equipo visitaran la Casa Blanca para festejar su reciente victoria en el Super Bowl.

California, Estados Unidos

El cerebro llegó en abril; lo entregaron en el sótano del hospital sin mayor alboroto, como todos los demás. Hubo algunas diferencias con este —no porque fuera más importante, sino porque era más célebre—.

Solo era un cerebro, ni grande ni pequeño ni deforme ni extraordinario en apariencia, una masa oblonga y gelatinosa con un peso de 1573 gramos, que acababa de salir del cráneo de un hombre de 27 años. El médico forense tuvo mucho cuidado. El cerebro llegó más tarde casi en perfectas condiciones. “Lo manejaron todo maravillosamente”, dijo la neuropatóloga.

El laboratorio estaba a 30 minutos en auto desde la prisión donde el hombre se colgó una o dos noches antes. Su nombre le era familiar a los científicos, así como a la gente en toda Nueva Inglaterra: Aarón Hernández.

Cortaron el cerebro en capas, quizá de dos o tres centímetros cada una, comenzando por el frente. Ahí fue donde presintieron que este no era cualquier cerebro de un hombre de 27 años. Incluso a simple vista, los cortes transversales tenían brechas significativas en los tejidos: ventrículos llenos de fluido que se expandían mientras el tejido cerebral se encogía. Un corte transversal de un cerebro saludable de alguien de 27 años luce robusto, carnoso. Este estaba ahuecado por cavernas con forma de búmeran.

Foto: La Prensa

El septum pellucidum (en español, tabique traslúcido), una pequeña membrana entre las dos mitades del cerebro, estaba atrofiado a tal punto que parecía marchito y frágil, incluso perforado. Cuando la neuropatóloga fue a buscar más tarde otros cerebros en condición similar, el ejemplo comparable más joven era el de un boxeador de 46 años.

El fórnix, un cúmulo de nervios en forma de C, estaba igual de deteriorado: ya no tenía su peso relativo. También el hipocampo. Pero solo bajo el microscopio la enfermedad podría diagnosticarse con certidumbre. Tejidos en forma de obleas estaban inmunoteñidos, utilizando anticuerpos diseñados para decolorar una proteína específica: en este caso, tau, que forma grumos y se expande, matando neuronas. Ahí es donde era aparente el alcance total del daño.

Declaró que el caso era una etapa 3 en su propia escala de severidad, que va del 1 al 4. Era el mayor daño que había visto en alguien de esa edad. Entre los cientos de cerebros que había examinado y calificado, la edad media de un cerebro de etapa 3 de su profesión era de 67 años. Ahora tenía uno de solo 27.

Este cerebro parecía como si lo hubieran sacado de un libro de texto dedicado solo a una enfermedad. Pero la ciencia no puede avanzar sin el poder acumulativo de la investigación, por lo que estaba en el salón de una universidad el jueves, en frente de más de 150 neurólogos, patólogos y otros científicos.

En la oscuridad, puso en la pantalla una presentación de PowerPoint con decenas de diapositivas que tenían imágenes en las que se mostraba un cerebro joven inmensamente atrofiado, la mente de un atleta que también fue condenado por asesinato. NYT

La Encefalopatía Traumática Crónica

Aarón Hernández, el exjugador de la NFL que se suicidó en la cárcel tras ser hallado culpable de homicidio, padecía graves daños en la parte del cerebro que se relaciona con la memoria, el control de los impulsos y el comportamiento, indicó una doctora el jueves.

De hecho, el ex tight end de los Patriots de Nueva Inglaterra presentaba uno de los casos más graves del padecimiento que se haya detectado en una persona tan joven, dijo la investigadora Anne McKee, del Instituto sobre ETC (Encefalopatía Traumática Crónica) de la Universidad de Boston.

McKee, quien presentó el jueves los hallazgos tras estudiar el cerebro de Hernández, dijo que no podría decir si el comportamiento del deportista fue producto de su condición médica. Pero sí confirmó que Hernández tenía un caso severo de ETC, enfermedad relacionada con golpes constantes a la cabeza.

Hernández se ahorcó en abril a los 27 años mientras purgaba una cadena perpetua. La doctora agregó que Hernández sufrió serios daños en partes importantes del cerebro, incluyendo el hipocampo _que es importante para la memoria_ y el lóbulo frontal, que es vinculado con la resolución de problemas, el criterio y la conducta.

“Podemos decir colectivamente, en nuestra experiencia colectiva, que los individuos con ETC _y con ETC de esta gravedad_ tienen dificultades con el control de los impulsos, la toma de decisiones, la inhibición de impulsos o agresión, frecuente volatilidad emocional y conductas de ira”, explicó McKee, quien ha estudiado los cerebros de cientos de jugadores.