Miami, Estados Unidos.
“Me uní al Estado Islámico, a la Guerra Santa en nombre de Allah... Voy a poner una bomba como la de Boston”. Esa fue una de las declaraciones de un hombre de origen hondureño que intentó detonar un explosivo en el Dolphin Mall, de Miami, Florida.
Vicente Solano (de 53 años) fue detenido el viernes pasado después de que un informante confidencial alertara en septiembre a un equipo de lucha contra el terrorismo, liderado por el FBI, sobre el ataque terrorista que planificaba el hondureño.
Según el reporte de las autoridades federales, Solano le dijo al informante que estaba planeando un atentado en un centro comercial de
Miami-Dade para el
Black Friday, el día después de Acción de Gracias, en el que se disparan las ventas en los malls por los
precios navideños. El informante le dijo a Solano que podía presentarle a alguien que podía ayudarlo, pero que necesitaba pruebas de que sus intenciones eran serias.
Fue entonces cuando el hondureño le envió tres videos en los que aparecía con una máscara negra, junto con una bandera del Estado Islámico (Isis). En uno de los videos, Solano dice en español: “Estados Unidos es el país más terrorista de todos. Este presidente racista (Donald Trump) es un supremacista blanco y no le gustan los hispanos, solo su raza”.
Luego de que el informante llevara la evidencia a las autoridades, el FBI inició una operación encubierta, en la que empleó no solamente al informante, sino también a dos empleados para que interactuaran con Solano y lo ayudaran a ensamblar una bomba inerte que le hicieron creer podía detonar con un celular.
La trampa
Los agentes se reunieron en varias ocasiones con Solano, que propuso comprar materiales para fabricar una bomba en una olla de presión, y detonarla en la zona de comidas del mall.
El supuesto terrorista confesó a uno de los agentes que estaba determinado a cometer el ataque por el “sentimiento de exclusión que le generaba su estatus migratorio temporal en EUA”. “Lo que quiero es enviar un mensaje. Lo quiero hacer porque tengo resentimiento adentro, para demostrar a Estados Unidos”, se escucha decir a Solano en una grabación del 13 de octubre.
Pese a que su intención inicial era atacar durante el Black Friday, el hondureño indicó a sus cómplices que adelantaría el ataque para el viernes pasado. Se reunió con los agentes en un hotel para ensamblar “el dispositivo que estaba inerte y no podía detonarse”.
Luego, los tres hombres se dirigieron hasta el Dolphin Mall. Cuando llegaron, Solano armó el dispositivo y el reloj comenzó la cuenta regresiva”, según la declaración jurada. “Solano salió del auto y comenzó a caminar hacia la entrada del mall ya escogida.
Sin embargo, antes de entrar fue arrestado por agentes federales.
El hondureño, que emigró hace 20 años a los Estados Unidos, donde laboraba como pintor ganando 13 dólares la hora, fue acusado formalmente por el FBI de terrorismo por intentar detonar un arma de destrucción masiva en EUA. Ayer lo presentaron por primera vez en el tribunal federal de Miami y quedará bajo custodia en un centro de detención cercano mientras espera el encausamiento de un jurado federal de instrucción, según la fiscal federal adjunta Karen Gilbert.
“Me uní al Estado Islámico, a la Guerra Santa en nombre de Allah... Voy a poner una bomba como la de Boston”. Esa fue una de las declaraciones de un hombre de origen hondureño que intentó detonar un explosivo en el Dolphin Mall, de Miami, Florida.
Vicente Solano (de 53 años) fue detenido el viernes pasado después de que un informante confidencial alertara en septiembre a un equipo de lucha contra el terrorismo, liderado por el FBI, sobre el ataque terrorista que planificaba el hondureño.
Sépalo
El Dolphin Mall es uno de los centros comerciales más populares de Miami, visitado por cientos de turistas y residentes cada día.
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Fue entonces cuando el hondureño le envió tres videos en los que aparecía con una máscara negra, junto con una bandera del Estado Islámico (Isis). En uno de los videos, Solano dice en español: “Estados Unidos es el país más terrorista de todos. Este presidente racista (Donald Trump) es un supremacista blanco y no le gustan los hispanos, solo su raza”.
Luego de que el informante llevara la evidencia a las autoridades, el FBI inició una operación encubierta, en la que empleó no solamente al informante, sino también a dos empleados para que interactuaran con Solano y lo ayudaran a ensamblar una bomba inerte que le hicieron creer podía detonar con un celular.
Vicente Solano intentó hacer detonar una bomba el viernes pasado en el Dolphin Mall.
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Los agentes se reunieron en varias ocasiones con Solano, que propuso comprar materiales para fabricar una bomba en una olla de presión, y detonarla en la zona de comidas del mall.
El supuesto terrorista confesó a uno de los agentes que estaba determinado a cometer el ataque por el “sentimiento de exclusión que le generaba su estatus migratorio temporal en EUA”. “Lo que quiero es enviar un mensaje. Lo quiero hacer porque tengo resentimiento adentro, para demostrar a Estados Unidos”, se escucha decir a Solano en una grabación del 13 de octubre.
Pese a que su intención inicial era atacar durante el Black Friday, el hondureño indicó a sus cómplices que adelantaría el ataque para el viernes pasado. Se reunió con los agentes en un hotel para ensamblar “el dispositivo que estaba inerte y no podía detonarse”.
Luego, los tres hombres se dirigieron hasta el Dolphin Mall. Cuando llegaron, Solano armó el dispositivo y el reloj comenzó la cuenta regresiva”, según la declaración jurada. “Solano salió del auto y comenzó a caminar hacia la entrada del mall ya escogida.
Sin embargo, antes de entrar fue arrestado por agentes federales.
El hondureño, que emigró hace 20 años a los Estados Unidos, donde laboraba como pintor ganando 13 dólares la hora, fue acusado formalmente por el FBI de terrorismo por intentar detonar un arma de destrucción masiva en EUA. Ayer lo presentaron por primera vez en el tribunal federal de Miami y quedará bajo custodia en un centro de detención cercano mientras espera el encausamiento de un jurado federal de instrucción, según la fiscal federal adjunta Karen Gilbert.