Santo Domingo, República Dominicana.
Más de un millón de niñas y adolescentes son víctimas de violencia sexual en América Latina y el Caribe, y una de cada cuatro ha contraído matrimonio antes de los 18 años, informó ayer la directora regional de Unicef, Cristina Perceval.
Esto convierte a la región en la segunda con mayor tasa de embarazos de adolescentes en el mundo.
De acuerdo con los datos difundidos con motivo del Día Internacional de la Niña, una de cada cuatro adolescentes que vive en áreas rurales y en situación de pobreza en América Latina no asiste a la escuela y trabaja en quehaceres domésticos y de cuidado no remunerados.
Perceval llamó la atención sobre el hecho de que las menores que viven en zonas rurales no cuenten con suficiente acceso a la información ni suministros para su menstruación y el 25% de todas ellas ni siquiera tiene acceso a educación.
“Una realidad que se ve agravada en situaciones de emergencia donde las niñas y adolescentes son más vulnerables”, señaló.
Unicef llamó a los Gobiernos, a los sistemas de Justicia, la sociedad civil, la familia, entre otros sectores, a promover el empoderamiento de las niñas y adolescentes y contribuir positivamente a su desarrollo integral.
Más de un millón de niñas y adolescentes son víctimas de violencia sexual en América Latina y el Caribe, y una de cada cuatro ha contraído matrimonio antes de los 18 años, informó ayer la directora regional de Unicef, Cristina Perceval.
Esto convierte a la región en la segunda con mayor tasa de embarazos de adolescentes en el mundo.
De acuerdo con los datos difundidos con motivo del Día Internacional de la Niña, una de cada cuatro adolescentes que vive en áreas rurales y en situación de pobreza en América Latina no asiste a la escuela y trabaja en quehaceres domésticos y de cuidado no remunerados.
Perceval llamó la atención sobre el hecho de que las menores que viven en zonas rurales no cuenten con suficiente acceso a la información ni suministros para su menstruación y el 25% de todas ellas ni siquiera tiene acceso a educación.
“Una realidad que se ve agravada en situaciones de emergencia donde las niñas y adolescentes son más vulnerables”, señaló.
Unicef llamó a los Gobiernos, a los sistemas de Justicia, la sociedad civil, la familia, entre otros sectores, a promover el empoderamiento de las niñas y adolescentes y contribuir positivamente a su desarrollo integral.
