Bogotá, Colombia.
Los dos periodistas holandeses liberados por el ELN en Colombia, tras seis días en poder de esta guerrilla, afirmaron estar bien de salud y adujeron su rapto a un “gran error” por ingresar a una zona conflictiva, informaron ayer medios locales.
“Tenemos unas pocas heridas, efectos de árboles que cortan las piernas y los brazos, pero físicamente y psicológicamente estamos bien”, explicó Derk Johannes Bolt a Caracol Radio.
El reportero, de 62 años, y el camarógrafo Eugenio Ernest Marie Follender, de 58, fueron secuestrados el lunes por guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista) en la convulsa región del Catatumbo.
Ambos fueron entregados por el ELN, único grupo rebelde activo del país y que negocia la paz con el gobierno, la madrugada del ayer a una comisión humanitaria que ayudó a su liberación.
“Al principio creíamos que era un robo, porque nos dijeron que les entregáramos la cámara”, aseguró, pero se dieron cuenta de que se trataba de un secuestro cuando los detuvieron. “Fue muy duro, pero la gente que nos ha capturado fueron muy amables y nos trataron con respeto”, agregó Bolt.
Los reporteros trabajan para el programa Spoorloos, que ayuda a holandeses adoptados a encontrar a sus familias biológicas en todo el mundo.
Los dos periodistas holandeses liberados por el ELN en Colombia, tras seis días en poder de esta guerrilla, afirmaron estar bien de salud y adujeron su rapto a un “gran error” por ingresar a una zona conflictiva, informaron ayer medios locales.
“Tenemos unas pocas heridas, efectos de árboles que cortan las piernas y los brazos, pero físicamente y psicológicamente estamos bien”, explicó Derk Johannes Bolt a Caracol Radio.
El reportero, de 62 años, y el camarógrafo Eugenio Ernest Marie Follender, de 58, fueron secuestrados el lunes por guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista) en la convulsa región del Catatumbo.
Ambos fueron entregados por el ELN, único grupo rebelde activo del país y que negocia la paz con el gobierno, la madrugada del ayer a una comisión humanitaria que ayudó a su liberación.
“Al principio creíamos que era un robo, porque nos dijeron que les entregáramos la cámara”, aseguró, pero se dieron cuenta de que se trataba de un secuestro cuando los detuvieron. “Fue muy duro, pero la gente que nos ha capturado fueron muy amables y nos trataron con respeto”, agregó Bolt.
Los reporteros trabajan para el programa Spoorloos, que ayuda a holandeses adoptados a encontrar a sus familias biológicas en todo el mundo.
