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Luz verde a la abdicación del emperador Akihito

  • 10 junio 2017 /

Ayer le dieron el visto bueno definitivo a la ley que permitirá que ceda el trono a su hijo Naruhito.

    Tokio, Japón.

    El Parlamento japonés aprobó ayer una ley que permite al emperador Akihito abandonar el trono, allanando el camino a la primera abdicación en Japón en más de 200 años.

    Akihito, de 83 años, sorprendió en agosto pasado al dar a entender en un mensaje televisado que a causa de su edad podría volverse incapaz de mantener su papel de “símbolo de la nación y la unidad del pueblo”.

    La ley sólo se aplica a su persona y deberá ceder el trono a su hijo mayor, el príncipe Naruhito, en una fecha fijada por decreto en un plazo de tres años tras su promulgación. El texto había sido aprobado hace una semana en la cámara baja y recibió ayer la aprobación del Senado. El príncipe Naruhito, sugirió en febrero pasado que está dispuesto a asumir las funciones de su padre.

    Sin embargo, en virtud de la ley por la que se rige la Casa Imperial, el emperador de Japón no está autorizado a abandonar el trono en vida, opción que quedó ahora excepcionalmente abierta.

    No se espera una abdicación hasta por lo menos fines de 2018, según la prensa japonesa. Si todo se desarrolla como está previsto, Akihito cedería a su hijo el trono del Crisantemo a principios de 2019.

    La abdicación es “un asunto muy importante para nuestra larga historia y para el futuro”, dijo, tras la votación, el primer ministro, Shinzo Abe, quien añadió que el Gabinete trabajará con “cautela” para poner en práctica la ley que sólo es aplicable a Akihito, pero que podría sentar precedente para futuros monarcas.

    Tradición

    La existencia de esta ley especial no cambia el hecho de que la regla fundamental siga siendo la legislación de la Casa imperial, que establece los derechos y deberes del emperador y su familia.

    Los nacionalistas quieren evitar que se ponga en tela de juicio el sistema de transmisión por la vía masculina. Aún en caso de que la hija del emperador tenga un varón, este último ni figuraría en el orden de sucesión del trono, como tampoco las hijas de los príncipes. Esa exigencia, sumada al hecho de que la familia imperial se reduce cada vez que uno de sus miembros fallece o que una hija se casa con un plebeyo y por lo tanto sale de la familia, hace temer una interrupción de la dinastía más antigua del mundo en próximas décadas.