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Migración ilegal a EUA: apostarlo todo por el sueño de vivir mejor

  • 23 octubre 2016 /

'Mañana nos regresamos a casa (...) le diremos a nuestra mamá que fracasamos', dijo José, un adolescente migrante.

Nogales, México

Después de cuatro días perdidos en el desierto de Sonora, Rodrigo y José son hallados por patrulleros fronterizos estadounidenses y deportados a México. Pero no se rinden, advierten que pronto intentarán cruzar de nuevo.

Rodrigo tiene 19 años y José apenas 17, no quisieron dar su apellido. Ahora ven desde el albergue El Comedor, en la ciudad de Nogales, que se extiende de un lado y otro de la frontera, el paso a Estados Unidos y su promesa de un futuro mejor.

'Mañana nos regresamos a casa en Oaxaca (sur de México) y le diremos a nuestra mamá que fracasamos', dijo José a la AFP. 'Pero no nos rendiremos, volveremos a intentar cruzar', añadió sereno, como si fuera una cosa cotidiana.

Ayuda a migrantes en el camino
El albergue -donde habían otros 60 deportados de México, Honduras, El Salvador y Guatemala- es administrado por la Iniciativa Kino para la Frontera (KBI, por sus siglas en inglés), una organización religiosa de caridad que les ofrece no sólo comida, ropa y asesoría legal, sino también una buena dosis de apoyo moral.




En sus caras están grabadas las cicatrices de la dura experiencia por la cual recién pasaron y fracasaron. El debate migratorio, que tanto protagonismo ha tenido en esta elección presidencial, sale del papel con las historias que llevaron a estas personas a apostarlo todo para llegar a Estados Unidos.

'Estos hombres y mujeres literalmente no ganan suficiente dinero para poner comida en la mesa de sus familias' y buscan en Estados Unidos 'una vida más digna', dijo el padre Sean Carroll, director ejecutivo de la KBI.

Sin opciones

Para muchos en El Comedor no se trataba del primer intento por hacer el peligroso cruce de la frontera, en el que su destino queda en manos de inescrupulosos contrabandistas y narcotraficantes que pueden cobrar hasta 7.000 dólares para el traslado por el implacable desierto.

Las mujeres son normalmente violadas en el viaje y muchos se pierden en el desierto, donde las temperaturas pueden llegar a 50 grados en el verano y la esperanza, irónicamente, es ser hallado por la patrulla fronteriza. Así le pasó a Rodrigo y José.

Estados Unidos ha reforzado la seguridad en su frontera obligando a los migrantes a intentar cruzar en áreas más remotas controladas por los carteles, explicaron Carroll y otras personas que trabajan de cerca con migrantes.

Y a la pregunta frecuente en la campaña presidencial de por qué no inmigran legalmente a Estados Unidos, la respuesta es simple: no es una opción para la gran mayoría, no conseguirían una visa, indicaron.

'Muchas de las personas que atendemos no tienen una forma legal para venir o la perspectiva de esperar 15, 18 o 20 años para que al menos sea considerada la posibilidad' de una visa, indicó Carroll.

Desesperación

Cerca de 64.000 migrantes, incluidos 8.000 menores de edad, fueron detenidos cerca de la frontera en Arizona en 2015 y 63 murieron en el intento, según cifras oficiales. En todo el país sumaron 337.117 arrestos, la mayoría en el valle del Río Grande en Texas.

La hermana Alicia Guevara, que trabajó con KBI en Nogales por tres años, criticó que en el debate presidencial sobre migración faltara el aspecto humano.

'Escuchamos todos los días historias de sufrimiento, dolor, pobreza. La gente no tiene comida, mueren de hambre y enfermedades y creen que el único camino es ir a Estados Unidos', expresó.

Y aunque muchos migrantes admiten que entre ellos hay algunas manzanas podridas, aseguran que la gran mayoría huye de la violencia y quiere ganarse la vida con trabajo.

'Yo estoy dispuesta a pagar todo lo que deba. Firmo el papel que quieran, que descuenten los impuestos de mi salario', aseguró Margarita Gregorio, del mexicano estado de Puebla (sur).

Gregorio fue arrestada este mes en Arizona al cruzarse con policías fronterizos después de haber andado dos días en el desierto. Ya había trabajado como empleada de limpieza en Wyoming por cuatro años, antes de volver a México para ver a sus dos hijos pequeños.

'Ganaría menos de 5 dólares en la cosecha de café en Puebla y sería sólo un trabajo temporal, necesito alimentar a mis niños', lanzó. AFP.