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Crece el número de familias que viajan ilegalmente a Estados Unidos

  • 19 octubre 2016 /

Washington, Estados Unidos.

El presidente Barack Obama admitió ayer que la llegada de indocumentados centroamericanos a EUA ha crecido en el último año por la “desesperación” en los países del Triángulo Norte, y opinó que la estrategia para estabilizar esas naciones puede tardar “una década” en completarse.

“(La llegada de indocumentados centroamericanos) se disparó en 2014, volvió a bajar en 2015, y ha vuelto a subir este año porque aún hay desesperación en Centroamérica. Pero no ha llegado a los niveles que vimos en 2014”, dijo Obama en una conferencia de prensa junto al primer ministro italiano, Matteo Renzi, en la Casa Blanca.

La cifra de inmigrantes indocumentados que cruzó la frontera entre México y EUA creció un 23% durante el año fiscal que terminó en septiembre pasado, hasta 408,870 personas, respecto al periodo anterior, según informó el lunes el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés) estadounidense.

En este año fiscal (del 1 de octubre de 2015 al 30 de septiembre de 2016), 408,870 inmigrantes (incluyendo 137,366 niños y sus familias), cruzaron la frontera suroeste y fueron apresados por la Patrulla Fronteriza, es decir, un 23% más que en el año fiscal anterior, cuando la cifra de indocumentados fue de 331,333.

Peligroso

Obama se refirió a la inmigración desde Centroamérica cuando comentaba el tema de la llegada masiva de refugiados de distintos países a Europa, al recordar que EUA también ha afrontado un gran flujo de inmigrantes procedente de Guatemala, El Salvador y Honduras en los últimos años de su Presidencia.

Recordó que hace dos años encargó a su vicepresidente, Joseph Biden, “diseñar un plan” en conjunto con esos países para afrontar las causas de raíz que provocan la emigración, como la pobreza y la violencia, y EUA aumentó sus fondos “para lograr una Policía más eficaz” e “invertir en la juventud” local, entre otras medidas.

“Esto no va a ocurrir de la noche a la mañana, será potencialmente una lucha que durará una década”, opinó.

“Pero mientras tanto, insistimos en que esos países nos ayuden a difundir el mensaje de que este es un viaje peligroso hacia EUA y que si llegas aquí es probable que tengas que volver; a intentar desalentar este trayecto peligroso, pero también a entorpecer los esfuerzos de los traficantes de personas que abusan de la desesperación de esta gente para ganar dinero”, agregó.