Calchemise, el calzoncillo camisa

Harto de pasarse el día metiéndose la camisa por dentro del pantalón, a un francés se le ocurrió poner fin a esa tediosa y recurrente tarea con un novedoso concepto que fusiona dos prendas clásicas

  • 28 abr 2016

París. El ingenio lleva la firma del estudiante francés de ingeniería Simon Fréour y consiste en una camisa que no termina en la cintura, sino que prosigue y se funde con la ropa interior, algo parecido a un “body” femenino, pero en versión masculina y concebido para no llevar nada debajo, de forma que los botones de la camisa se unen con los de la bragueta, lo que facilita las visitas al aseo.

“La camisa tiene 5.000 años. Había llegado el momento de innovar”, explica el presidente de la firma Calchemise, Clément Walter, quien confiesa que “lo único que se hace extraño al principio es que el calzoncillo tiene un elástico en la cintura y la calchemise no”.

Fréour empezó con su invento en 2009, pero la prenda solo comenzó a tomar forma en 2015, cuando su amigo Walter confeccionó un primer prototipo a mano.

Inicialmente querían las prendas para su uso personal, pero ese verano, aprovechando un viaje a Vietnam, Walter encargó otros tres modelos y el pasado octubre se lanzaron a comercializar la “calchemise”, una prenda que confeccionan en un taller textil de las afueras de París.

La camisa se prolonga en calzoncillo
Su intención de colocar en el mercado “una originalidad extravagante que rompe con la monotonía de la ropa masculina tradicional”, explican.

“Si se lleva con pantalón, la ‘calchemise’ es indetectable. A los ojos de la gente solo es una camisa”, agregan sus creadores, que han ido descubriendo el universo empresarial del textil a medida que se introducían en el sector. “Si se lleva con pantalón, la ‘calchemise’ es indetectable. A los ojos de la gente solo es una camisa”

Foto: La Prensa

Imágenes de la campaña publicitaria del sitio web de https://www.calchemise.com


Calzoncillo camisa calchemise
Estampada, lisa o rayada, la fusión entre camisa y calzoncillos se fabrica en algodón en un taller textil de las afueras de París y su precio oscila entre los 50 y 65 euros, más de gastos de envío.

Por ahora solo se vende a través de internet y se distribuye en la Unión Europea pero sus autores no descartan ampliar mercados y abrir tiendas físicas, al tiempo que preparan una adaptación para niños y en “una versión algo más “combi”, que se pueda llevar sin nada”. EFE