Grande y extragrande predomina en la colección de Marc Jacobs para las temporadas preferidas del año: primavera-verano.
Más de 30 modelos se dejaron teñir el pelo en colores pastel -rosas, azules, lilas, verdes, naranjas- que combinaban con sus atuendos.
Marc Jacobs, el niño mimado de la alta moda estadounidense, impacientó a sus invitados en el último día de la pasada semana de la moda, pero luego les regaló una colección refinada que derrochó el glamur de los 50 con descomunales vestidos, abrigos, volantes y fruncidos.
Finalmente, y bajo una lluvia de aplausos, las modelos comenzaron a desfilar por una pasarela larguísima de parquet cubierta en vidrio.
Los vestidos anchísimos pero cortos con enormes mangas abullonadas y volantes en el ruedo y el cuello, elegantes abrigos tres cuartos de paño y las chaquetas de vestir.
El peluquero Guido Palau dijo a la revista Elle que el look, muy elaborado, con batidos de los años 50 y 60, eran una guiñada a mujeres como Barbra Streisand y una celebración de los tiempos en que las mujeres hacían esfuerzos para lucir siempre elegantes. AFP
