El uso de videojuegos y sus medidas de control

Es necesario establecer reglas. La aplicación de control parental que ahora incluyen varias consolas puede ser de gran ayuda

  • 14 nov 2018

En cuanto a las ventajas del uso de los videojuegos está que potencian el pensamiento, la coordinación motriz, la ubicación espacial, plantean retos y objetivos a resolver, ejercitan la memoria y la imaginación e, incluso, algunos son educativos, coinciden especialistas.

La pedagoga Claudia Ortega de la Universidad Panamericana de México aborda el rol de los papás al elegir el título indicado. “Es importante identificar qué tipo de videojuegos están jugando y no satanizarlos, porque habrá los que desarrollen las habilidades de pensamiento, pero otros dan un mensaje de violencia o tienen lenguaje explícito”.

“Los niños y adolescentes no se detienen en eso, pero es papel del adulto revisar y permitir que los hijos lo utilicen y, después, poner el tiempo que lo van a ocupar”.

Al respecto, Erika Acosta, pedagoga, aclara que hay que cuidar no sólo que los niños no elijan títulos nocivos sino que también no vean a los adultos usándolos.

“Cuando son más grandes, de 8 o 10 años, poner un acuerdo de 45 minutos, una hora o media, lo que los papás autoricen, y en más pequeños no se debe negociar cuánto tiempo se usará”, afirma Acosta.

Síntomas como irritabilidad, hiperactividad o cambio de humor son señal de una sobreestimulación. Además, la luz que emiten puede producir dislexia o generar problemas con la vista si se está expuesto en exceso.

Laura Gil, psicoterapeuta, dice que se debe evitar el uso de videojuegos como entretenimiento para los niños en edad preescolar, pues pueden retrasar su desarrollo madurativo. “El niño menor de 6 años debe jugar con otras cosas, deben hacer uso de su sistema motriz, necesitan correr, aprender a brincar, coordinar sus movimientos, todo eso lo hace naturalmente cuando está jugando. Para que su cerebro madure, los niños necesitan jugar con su cuerpo, jugar activamente”. Y aunque hay videojuegos o consolas especiales para menores de 6 años, la psicoterapeuta prefiere que estos sean usados como herramientas para reforzar aprendizajes y no para sustituir al juego.

“Mientras menos haga el juguete, más va a hacer el niño y más productivo va a ser para el desarrollo”.