Así, a pesar de la crisis, el valor de esta categoría -la cual destaca por el trato individual que se le da a cada prenda y el cuidado máximo en cada detalle- sigue vigente.
Y es que la selección de los materiales, las técnicas artesanales (que incluyen laboriosos trabajos de bordado, plumería, plisados y teñidos) y la infinidad de pruebas con modelos hacen que cada creación sea única e irrepetible.
No importa que sean pocas las mujeres que puedan comprarlas, pues es la culminación del oficio de la moda. Por eso atrae a tanta gente de todo el planeta, desde los tiempos de María Antonieta, cerca de 1700, cuando el término 'Haute Couture' fue introducido por su estilista, Rose Bertin.
En esta ocasión, junto a nombres tan emblemáticos como Dior, Jean Paul Gaultier, Armani y Chanel, sorprendieron otros traídos de geografías lejanas, como Guo Pei o Georges Chakra, sin dejar de lado a Elie Saab y Ulyana Sergeenko, por solo mencionar algunos.
Todos ellos han cumplido con los estrictos requisitos establecidos por la Cámara Nacional de la Alta Costura, fundada en el siglo 19 y encargada de regular la Semana de la Moda. Aquí, una muestra de lo que se puedo contemplar en esta edición.
 Emblemáticas firmas como Dior, Jean Paul Gaultier, Armani y Chanel.
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Una categoría única
- La designación 'Haute Couture' está protegida por las leyes francesas y sólo puede ser utilizada por las casas de moda que han sido aprobadas para hacerlo.
- Entre los requisitos que estas firmas deben cumplir está tener un taller privado en París con al menos 15 trabajadores y 20 técnicos, presentar una colección de mínimo 50 diseños originales cada temporada y crear de forma personalizada opciones para clientes privados.
- Las creaciones de Alta Costura son únicas y realizadas por los mejores artesanos. Cada una puede tomar más de 800 horas de labor y no se fabrican más de 10 modelos de un mismo diseño.
- Las casi 4 mil clientas de la Alta Costura se encuentran principalmente en Medio Oriente, China y Rusia.
- Aunque las actrices lucen estas propuestas en las alfombras rojas, las verdaderas clientas generalmente permanecen en el anonimato.
- Estos vestidos pueden llegar a costar cientos de miles de dólares, dependiendo su confección, la cual es realizada por las llamadas 'petite mains'.
