San Pedro Sula, Honduras
Una colección joya es la que presentó la firma Marchesa para su temporada otoño invierno 2017-2018 en Nueva York. Los bordados y el lujo prevalecen en cada prenda.
Las diseñadoras Keren Craig y Georgina Chapman idearon vestidos románticos, delicados, opulentes.
Tantos elogios merecidos para una propuesta que irradia distinción. Bordados, tul, detalles joya, encajes, flecos y lazos convierten cada atuendo en piezas únicas.
Las flores, a pesar de tratarse de una colección de otoño-invierno, tienen protagonismo en muchas de las opciones dignas de alfombra roja.
El greenery, color de 2017, reclama su protagonismo y Marchesa se lo da. El negro, elegante y puro, se impone sobre el rojo, el tono maquillaje y el lila, crean piezas dignas de museo. El centro de impacto visual de los vestidos son los volantes, los grandes volúmenes y los lazos dramáticos.
Las formas ajustadas perfilan el cuerpo, dotándolo de sensualidad y delicadeza. En cuanto a los zapatos, se adornan con pompones, tiras y plumas y el accesorio estrella para completar el look son las tiaras de flores.
La firma resume todo su concepto en el vestido como dueño y señor de la pasarela y las flores como una estación que se mantiene todo el año. Porque el otoño llegará y se irá, pero ellas serán eternas en cada mujer.
 Con Marchesa, las mujeres se adentran a un jardín victoriano donde los colores pasteles dibujan el cuerpo femenino.
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