19/04/2024
07:12 AM

Caída de 53 árboles causa estragos en San Pedro Sula

Dos guardias resultaron heridos por la caída de un árbol de ceiba.

San Pedro Sula, Honduras

Minutos antes de las 9:00 am de ayer, las ramas de un gigantesco árbol de más de 150 años cedieron ante el ataque de polillas, dejando sin energía a más de 20 colonias del sector noreste y sureste durante más de ocho horas.

La zona comercial del centro de la ciudad también quedó sin fluido eléctrico. Además, resultaron heridos dos guardias de seguridad que fueron trasladados al hospital Mario Rivas, de los que se informó que tienen lesiones, pero están fuera de peligro.

Más noticias de la sección San Pedro

El incidente también afectó el tráfico vehicular de la segunda calle, salida a La Lima, que en horas de la tarde todavía estaba cerrada por el trabajo de limpieza que realizaban los bomberos y empleados de la Enee.

Los bomberos informaron que en lo que va del año, 53 árboles han causado estragos en la ciudad, ya sea cayendo sobre alumbrado público o calles. Esto ha representado un peligro para las personas, además, de implicar gastos para la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, ya que el cableado y postes de la estatal constantemente son dañados por las caídas de estos.

Árboles también causaron problemas en el occidente

Actualmente 30 árboles obstaculizan la vía pública, según informe de los apagafuegos.

Jhonny Tinoco, empleado de la Enee, manifestó que no pueden establecer cuánto pierde la empresa en estos casos. “Recordemos que además del daño material también se deja de vender energía. En este caso pedimos a los bomberos que corten todo este árbol ya que no es la primera vez que nos afecta”.

Florentino Valdez, subteniente de Bomberos, pidió apoyo a la alcaldía para iniciar un trabajo de revisión en toda la ciudad para identificar los árboles que deben ser cortados antes de que hayan hechos que lamentar.

Afectados

Julio César López y Cándido Javier Alfaro son los guardias que resultaron heridos por la caída del ceibón. López, en medio del dolor, manifestó que gracias a Dios y a la garita donde estaban metidos están vivos.

“Escuchamos el estruendo y sentí miedo, la verdad sentí la muerte, el techo de la caseta amortiguó el golpe, si no quién sabe que habría sido de nosotros”.