La belleza hondureña se desplazó por los diferentes balnearios, centros veraniegos y playas en todo el país.
Ellas con su belleza, gracia y coquetería fueron el centro de las miradas de todas las personas que a su paso les expresaban galantes piropos.
Las catrachas lucieron espectaculares en esos trajes de baño que eligen, unas para broncearse y otras para arrancar suspiros.
Esculturales mujeres que demostraron que las hondureñas tienen porte y son verdaderas modelos de pasarela. También las extranjeras destacaron por sus curvilíneas figuras.