Debido a la crisis migratoria que Estados Unidos ha afrontado en los últimos meses, la Secretaría de Seguridad Nacional puso en marcha la Operación Coyote para combatir el tráfico de personas en Texas, por donde entran millares de centroamericanos de forma ilegal a EUA.
El secretario de Seguridad Nacional (DHS), Jeh Johnson, explicó en una rueda de prensa que el Servicio de Inmigración y Aduanas y la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional lanzaron esta operación el pasado 23 de junio.
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La operación durará 90 días y ha permitido arrestar durante el primer mes a 192 traficantes de personas (“coyotes”) y sus asociados, bajo cargos por delitos penales.
Johnson repitió el mensaje que ha lanzado el Gobierno estadounidense en reiteradas ocasiones.
“Nuestras fronteras no están abiertas a la inmigración ilegal y, si vienen de Centroamérica, de Guatemala, Honduras o El Salvador, les mandaremos de vuelta”, aseguró.
EUA se enfrenta a un aumento de la inmigración irregular procedente de estos tres países.
No hay permisos
Johnson reiteró ante los medios el peligro que supone hacer un viaje en el que se exponen a ser secuestrados, sufrir malos tratos y abusos sexuales y enfatizó en la falsedad de la información que hacen circular los coyotes.
“No hay permisos una vez que un inmigrante ilegal llega a Texas”, enfatizó.
En la Operación Coyote, 501 inmigrantes indocumentados que viajaban con los traficantes quedaron bajo custodia.
La Secretaría de Seguridad indicó que se han desplazado a la zona del valle del Río Grande 60 agentes especiales y personal de apoyo, así como recursos de inteligencia y logísticos para proveer apoyo táctico y operativo.
Preocupación en México
El Gobierno mexicano expresó ayer su “preocupación” por la decisión de las autoridades de Texas de enviar mil soldados de la Guardia Nacional a la frontera con México ante la llegada masiva de indocumentados procedentes de Centroamérica.
La Secretaría de Relaciones Exteriores destacó su compromiso con la protección de los derechos humanos de los migrantes y de “las acciones específicas dirigidas a los más vulnerables, incluyendo a niños y adolescentes no acompañados”. Además, la Cancillería insistió en que “la atención del fenómeno migratorio debe observarse desde una perspectiva de largo plazo y basada en los principios de responsabilidad” adoptados por el Gobierno de EUA.