17/04/2024
08:48 AM

El sueño de la Acción Diferida aún es inalcanzable para muchos indocumentados

  • 25 septiembre 2013 /

Según estadísticas, de 537.662 solicitudes para la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), 400.562 fueron aprobadas.

Charlotte, Estados Unidos

El sueño de vivir y trabajar legalmente en el país se ha cumplido para muchos 'soñadores' que han podido calificar a la Acción Diferida, pero todavía hay jóvenes que enfrentan retos para ampararse bajo esta medida migratoria.

Según estadísticas del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), entre el 15 de agosto de 2012 al 30 de junio de 2013 se habían recibido 537.662 solicitudes para la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), de las cuales 400.562 fueron aprobadas.

Sin embargo, el Brookings Institute estima que 936.000 inmigrantes cumplían con todos los requisitos para aplicar inmediatamente al programa cuando fue anunciado, de los 1,8 millones indocumentados menores de 31 años que llegaron al país antes de junio de 2007.

Esto supone que hay cientos de miles de jóvenes que no han podido o querido disfrutar de los beneficios de tener un seguro social, permiso de trabajo y, con ello, una licencia de conducir.

Para Sarah Hooker, del Migration Policy Institute (MPI) y coautora de un análisis sobre DACA, varios han sido los factores que han contribuido a que no todos los elegibles para el programa se hayan acogido.

'La falta de recursos para pagar los 465 dólares de la aplicación, inhabilidad de presentar documentos que comprueben su presencia continua en el país, desinformación del programa, y no cumplir con el requisito de educación', explicó Hooker a Efe.

'Otros simplemente esperan que el Congreso apruebe la reforma migratoria que los legalice de una vez por todas y prefieren evitar pagar dos veces por sus papeles', acotó.

A pesar de esta situación, la analista de política considera que, en comparación con otros programas migratorios, 'la Acción Diferida ha tenido buenos resultados'.

'Por ejemplo, después de un año de haberse promulgado la reforma migratoria de 1986, sólo un 20 por ciento de los que cumplían con los requisitos se inscribieron, y con DACA ya sobrepasa la mitad', enfatizó.

Con apenas 17 años de edad, la mexicana Rossy Cruz se siente frustrada de haber perdido un año completo de gozar de los beneficios que ofrece DACA.

'Como soy menor de edad, necesito que mis padres saquen el pasaporte que tengo que presentar con mi solicitud, y, como mi padre se ha negado a hacer el trámite, me he quedado por fuera', afirmó la joven de origen mexicano que, reside desde hace nueve años en Charlotte, en Carolina del Norte.

'Quiero ir a la universidad y estudiar ciencias políticas, poder manejar sin miedo a ser detenida y trabajar sin problemas para pagar la matrículas de mis clases. Ha sido una agonía ver a otros 'soñadores' salir adelante', apuntó.

Cruz destacó que tiene muchos amigos que dejaron la escuela antes de graduarse para trabajar y ayudar a sus padres, y otros decidieron formar sus propias familias y nunca regresaron a la escuela, y por lo tanto ahora no pueden aplicar.

También conoce a varios que se fueron del país en 2010, decepcionados cuando no se aprobó el proyecto del Dream Act en el Congreso, lo que los descalifica para el programa.

Estos jóvenes se suman a los cerca de 500.000 mexicanos de entre 15 y 32 años que regresaron a su país entre 2005 y 2010, según un análisis de Jill Anderson, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

A pesar que el salvadoreño Juan Ramos no calificó para DACA, porque llegó al país después del 15 de septiembre de 2007, este joven de 20 años no se dio por vencido y se unió a la organización nacional United We Dream.

'Es muy decepcionante para muchos soñadores no estar amparados bajo esta programa, pero los trato de motivar para que continuemos luchando, ya que sabemos que DACA no es suficiente para el resto de la comunidad', contó Ramos a Efe.

Para Myrna Orozco, coordinadora de la campaña nacional Únete al Sueño, de United We Dream, los principales obstáculos que enfrentan los estudiantes que califican y que aún no lo han hecho son la falta de información y recursos económicos.

'Para familias con dos o tres soñadores es muy difícil pagar por todos los procesos', afirmó.

'Todavía hay mucho trabajo de información que debemos hacer para llegar a los jóvenes que no han aplicado, especialmente a los que se encuentran en los estados con bajo porcentaje de solicitudes, donde no hay asesoría legal gratuita', explicó.