20/04/2024
05:39 AM

Muere hondureña 'embajadora de los migrantes desaparecidos”

Emeteria Martínez (74) trabajó incansablemente junto al Cofamipro para dar con el paradero de personas que han desaparecido en “la ruta del mojado”.

Después de luchar casi dos meses contra las secuelas de dos infartos cardiacos y un derrame cerebral falleció ayer en horas de la mañana Emeteria Martínez (74), conocida nacional e internacionalmente por su participación en las caravanas de búsqueda de migrantes desaparecidos en México.

Marcia Ortiz, hija de la fallecida, informó que su madre ingresó al hospital de esta ciudad en noviembre del año pasado, luego que los médicos le diagnosticaran un infarto silencioso que después le produjo otras complicaciones.

El viernes de la semana pasada, la septuagenaria pidió que la llevaran para su casa, en la colonia Roberto Suazo Córdoba, “pues no quería morir en el hospital”.

Alba Luz Ortiz, una de sus hijas mayores, relató que su última voluntad fue que mientras la velaran instalaran un televisor para que los presentes pudieran ver los videos de las entrevistas que le hicieron las cadenas internacionales de televisión cuando en 2010, después de 21 años, se reencontró con su hija Ada Ortiz en México.

Su trayectoria

En 1999, Martínez fundó el Cofamipro (Comité de Familiares de Migrantes Progreseños) junto a otras madres progreseñas que buscaban a sus hijos, desaparecidos en su viaje ilegal a los Estados Unidos.

Su objetivo, desde entonces, era dar con el paradero de su hija Ada Marlen Ortiz, quien partió en 1989 hacia el país del norte. El esfuerzo tuvo su recompensa al reencontrarse con ella en México, el 7 de noviembre de 2010, después de 21 años de incansable búsqueda.

Pero su lucha no terminó ahí, doña Emeteria continuó apoyando a las madres de otros desaparecidos y siempre dijo presente en cada caravana organizada por el Cofamipro. Su última participación fue en octubre del año pasado.
Una mujer valiente

Con una eterna sonrisa en su rostro y una mirada llena de esperanza, doña Emeteria se convirtió en la “embajadora de los migrantes desaparecidos”, que con su testimonio alentaba a otras madres para seguir con su búsqueda.

Su avanzada edad nunca significó un obstáculo para seguir con este importante proyecto. Había hecho del Cofamipro su segundo hogar y participó en las caravanas como si todos los desaparecidos fueran parte de su familia.

“Si yo encontré a mi hija después de 21 años, por qué ustedes no van a encontrar a sus hijos”, les dijo al grupo de madres que participaron en la última caravana, recuerda su hija Marcia Ortiz, quien se unió al Cofamipro para seguir el ejemplo de su progenitora.

“Ella siempre reflejaba esas ganas de seguir adelante, era un ejemplo de lucha, de fe y de que nunca se debían perder las esperanzas”, expresa Ortiz, quien piensa seguir con el legado que dejó su madre.

“En memoria de ella voy a seguir luchando con las madres hasta donde Dios me lo permita, apoyándolas en lo que yo pueda, porque eso era lo que mi madre quería.

Cuando yo me integré al Cofamipro ella se alegró muchísimo, porque su sueño era que al menos dos de sus hijas se unieran a esta noble causa y solidarizarse con el dolor de estas madres que buscan a sus hijos”.
El Cofamipro llora su partida

Para los integrantes del Cofamipro, la muerte de doña Emeteria ha sido “un duro golpe”, según expresa Edita Maldonado, otra de las fundadoras de la organización. “Ella siempre fue una mujer trabajadora, luchadora, pero sobre todo vencedora”, recuerda.

“Nunca dijo no puedo, siempre estuvo presente y al frente de toda actividad que emprendíamos”, agrega Maldonado. Sus compañeras de organización la describen como la mano derecha de la organización y la imagen emblemática de las caravanas de búsquedas que cada año emprende el Cofamipro con el objetivo de dar con el paradero de al menos 600 personas desaparecidas en “la ruta del mojado”, según las últimas estadísticas.

Los restos de doña Emeteria serán sepultados hoy a las 9:00 am en el cementerio general, antes habrá una misa de cuerpo presente en la iglesia católica ubicada en la colonia Corocol.