20/04/2024
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Hondureña emigra para salvarle la vida a su hijo

  • 08 abril 2014 /

La hondureña Roxci Interiano debido a la enfermedad de sus hijos decidió emigrar a España.

Barcelona, España

En el corazón de una madre se pelean y se ganan todas las batallas por los hijos. El cariño por ellos es tan grande que ningún obstáculo, por inmenso que parezca, le quita el deseo de luchar. Este es el caso de Roxci Interiano, joven hondureña que debido a la enfermedad de sus hijos decidió emigrar a España y por la necesidad de proveer para sus pequeños usó las herramientas que aprendió en Honduras, las cuales la han convertido en una microempresaria en la ciudad de Barcelona.

La atrofia muscular espinal infantil, un grupo de enfermedades que provocan daño y debilidad muscular y que se presenta solo en 4 de cada 100 mil personas, fue la causa que obligó a esta joven originaria de Comayagua a emigrar a Barcelona. Las precarias condiciones del sistema de salud de Honduras fueron parte importante en esta decisión; sin embargo, el arte de crear piñatas, adornos con globos y decoraciones le ha permitido vivir su sueño laboral, a la vez que produce los fondos necesarios para la atención médica que requieren sus dos hijos.

“Mi familia y mis hijos son mi motivación para seguir luchando. Quiero triunfar y salir adelante con ellos como madre, como amiga, como una mujer trabajadora que está lejos de su tierra. Me duele haber dejado mi país por más precioso que sea. Mucha gente necesita atención médica que lamentablemente ni la Teletón puede darnos y eso nos obliga a emigrar. No salí de allá para vivir bien, para construir mi casa ni por dinero. Me vine de Honduras para salvar la vida de mis hijos”, dijo Interiano.

Roxci agregó que los cursos de manualidades que tomó en Honduras le han permitido salir adelante en España con su esposo, a pesar de la difícil situación laboral en ese país, donde los migrantes tienen la necesidad de buscar cualquier trabajo que les permita sobrevivir y ayudar a sus familias. Esta situación la llevó a abrir su negocio en busca de la estabilidad laboral que le permitiera resolver los crecientes problemas económicos.

“Al llegar aquí trabajé en limpieza, algo muy común entre los migrantes. Después de seis meses me vi forzada a renunciar y dedicarme de lleno a mis hijos, dándole toda la carga económica a mi esposo. Después de un taller para personas en paro (desempleadas) en el que les enseñé a hacer piñatas, surgió por la demanda de la gente la idea de abrir este negocio y alguien me sugirió subir fotos a Facebook, algo que despertó mucho el interés de la gente aquí en Barcelona“.

El éxito de las piñatas trajo la necesidad de expandir el mercado y eso llevó a esta amante de las manualidades a dar el siguiente paso, una oportunidad que por casualidad tocó las puertas de la diseñadora y que ella no desaprovechó.

“Una amiga me llamó para preguntarme si podía decorarle una fiesta con globos. Aunque no tenía ni idea de cómo hacerlo, le dije que sí, ya que había visto cómo lo hacen en Honduras. Le decoré la fiesta y ellos estaban bien satisfechos con mi trabajo. Días después me matriculé en la escuela y empecé a tomar un curso profesional para decoradores profesionales con globos y saqué un certificado mundial para este oficio”.

¿Qué tal se siente al usar todo lo que aprendió en su tierra?

'Tengo la satisfacción tan grande de crear mi fuente de ingresos. Me he convertido en mi jefe y además estoy haciendo lo que amo, por lo que no lo veo tanto como un trabajo.

Paso muchas horas haciendo esto y a veces ni cuenta me doy. Cuando veo el resultado de tanto esfuerzo me lleno de satisfacción, ya que Dios me ha dado un don, la fortaleza para cumplirlo y la bendición de proveer para mi familia.

No me siento especial por lo que hago. Creo que todos tenemos un talento, una capacidad que deberíamos explotar, algo que amamos, por más difícil que parezca el proyecto. Por lo menos en mi caso, siempre me sorprendo de los bellos resultados que obtengo al transformar un globo o piñata en algo que les gusta tanto a mis clientes”.

Para Roxci Interiano, todo lo que aprendió durante su niñez en Honduras en cursos de manualidades pagados por su madre le permite subsistir; más importante aún, resaltó que su trabajo de ensueño le permite darles a sus hijos los cuidados especiales que requieren debido a esta terrible enfermedad.

Pese a hacer felices a cientos de familias con su arte, la alegría no se manifiesta en su totalidad en la casa de esta joven hondureña, quien siempre encuentra palabras de aliento para los suyos, dándoles a entender que juntos pelearán esta batalla y lograrán la victoria.

“Siempre les digo a mis hijos que somos una familia muy especial y que mami y papi harán hasta lo imposible para que no nos falte nada y que tengan claro que Dios no nos va a desamparar nunca y vamos a superar esta prueba juntos”, concluyó Interiano.