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Cafeteros echan mano del barismo para atraer a consumidores en Honduras  

  • 22 octubre 2017 /

Alemania, Chile y Estados Unidos son consumidores del exquisito café que se produce en Honduras.

Tegucigalpa, Honduras.

En Honduras, el primer productor de café de Centroamérica, preparar bebidas a base del grano se ha convertido en una moda entre los productores locales que han echado mano del barismo para atraer un mayor número de consumidores.

Ese valor agregado hace que cada vez más productores hondureños se interesen en abrir una cafetería, no solo exportar su producto, y tener un experto entre sus empleados o aprender ellos mismos a preparar una buena taza de café para complacer a los clientes.

Así lo reconoce el nicaragüense Mirko Cuculiza, productor y propietario de 'Cafetano', una cafetería ubicada en Tegucigalpa y donde los clientes pueden saborear 'un café bueno', pero también conocer y valorar todo lo que hay detrás de una buena infusión.

'Cafetano es una opción y oferta de un buen café', porque el cliente podrá saborear 'un café bueno en cualquier extracción', dijo a Efe Cuculiza, quien desde hace 38 años vive en Honduras, donde está casado con una hondureña.

café hondureño

Una deliciosa taza de café hondureño

El café, una pasión

Hace un par de años, Cuculiza comenzó a interesarse más por los secretos del café, una pasión que ha terminado con la apertura de Cafetano en junio de 2015.

Enfatizó que hasta ahora casi la totalidad de la producción de cafés especiales y orgánicos, la joya de la producción hondureña, van a la exportación para grandes mercados consumidores de esta bebida como Estados Unidos, Alemania, Bélgica y Suecia.

'Honduras exporta todos sus mejores granos cada año a todo el mundo y le dicen café de exportación, y localmente le decimos a ese café: Cafetano', subrayó el experto barista y catador.

Con 48 años, Cuculiza contó que la idea de la cafetería es que los hondureños degusten una taza de 'café especial' con una puntuación del 88 % y cultivado en la finca Miravella, que se localiza en el municipio de Guaimaca, unos 65 kilómetros al oriente de Tegucigalpa.

Además de ofrecer un café achocolatado, con sabor a manzana verde, moras y flores, cultivado a 1.800 metros sobre el nivel del mar, el propietario de Cafetano es capaz de plasmar sobre una taza del aromático cualquier imagen en pocos segundos.

Pero este experto no solo sabe catar y preparar bebidas a base de café, sino que también se capacita en variedades, climas y tipos de tueste, conocimientos que luego comparte con los clientes a través de talleres ofrecidos en su cafetería, algo que, según afirma, le da un valor agregado a su grano, que es exportado a Noruega y a la estadounidense Blue Bottle Coffee.

Un concepto parecido al de Cafetano ofrece Plaza Café, donde los visitantes pueden degustar uno de los mejores café que produce Honduras preparado por 'baristas' profesionales.

Orgullo catracho

Amante del buen café, el joven cafetero hondureño Roberto Guerra optó por dar un toque de distinción al negocio familiar y un valor agregado a un producto como el café transformándolo para los consumidores.

Plaza Café, que comenzó su andadura hace cuatro años en la ciudad de Gracias, occidente hondureño, busca que los hondureños degusten una taza de café 'con la misma calidad que se disfruta en una cafetería en Europa, Estados Unidos o Asia', dijo a Efe Guerra, un productor de 26 años.

Físicamente cuenta con ocho cafeterías, pero su café, que se cultiva en la finca Santa Elena, en el departamento occidental de Intibucá, a 1.450 metros de altura sobre el nivel del mar, ha cruzado fronteras, pues hoy es proveedor de algunas cafeterías de Alemania y Chile, enfatizó.

Innovador, como él mismo se define, Plaza Café trata continuamente de 'mantener la calidad del café' y espera exportar 'esa cultura hondureña' por el grano a otros países, señaló Guerra.

Mezclando leche con café, el equipo de baristas que conforman el personal dibujan una cara sonriente, un corazón o una flor antes de servir la taza.

Cafetano y Plaza Café, al igual que otras cafeterías en Honduras, tienen algo en común: que no se limitan a la preparación del café, sino también al arte de servirlo y presentarlo. EFE