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Juan Gabriel: semblanza de un ídolo

  • 28 agosto 2016 /

Juanga y Rocío Dúrcal formaron el mejor dúo cantante-compositor de la historia de la canción latinoamericana

San Pedro Sula, Honduras.

La orfandad, el vagabundeo, el hambre, la cárcel, el talento, el trabajo a sol y sombra, la fama internacional, la riqueza, los rumores, los escándalos, el legado de miles de canciones, algunas de ellas clásicos indiscutibles de la música mundial: la vida del legendario cantante mexicano Juan Gabriel (también llamado Juanga y el Divo de Juárez), nombre artístico de Alberto Aguilera Valadez, estuvo llena de toda clase de aventuras, desengaños, incertidumbres y sobre todo de logros conseguidos con su genialidad como compositor, letrista, cantante, actor y personaje público.

Pocos personajes de la farándula mundial han tenido una aventura vital como la de este estupendo cantautor nacido en Parácuaro, Michoacán, en 1950, y menos todavía pueden jactarse de haber dejado un legado musical tan rico como el suyo.

Su padre murió en circunstancias misteriosas y su madre se mudó a Ciudad Juárez, donde Juan Gabriel pasó su niñez en la miseria, entre casas ajenas y casas de acogida. En esas circunstancias aprendió a tocar la guitarra y, entre otros oficios, fue hojalatero y vendedor ambulante hasta que a los 13 años, convencido de su naciente talento, decidió aventurarse en el mundo del espectáculo.

Problemas y desengaños

Los rechazos y desengaños fueron sus primeras experiencias de ciudad en ciudad, de México a Estados Unidos, de bares a clubes nocturnos, en peregrinaje constante en busca del éxito. Sus experiencias le ayudaron a formar su carácter y a no darse nunca por vencido. Estos años fueron como la prueba de fuego en la que se forjó la tenacidad de Juan Gabriel.

Sin embargo, los problemas no terminaban para el soñador de Michoacán.
En uno de sus viajes a la capital mexicana fue acusado de robo y encerrado en la siniestra cárcel de Lecumberri. Fue liberado por intercesión de una artista amiga suya.

Esas y otras experiencias terribles, que hubieran acabado con la voluntad de otros, no lograron resquebrajar el temple de Juan Gabriel. Su talento era el motor que lo impulsaba en su búsqueda interminable de reconocimiento a su capacidad como cantautor. La recompensa estaba a la vuelta de la esquina.

En 1971 llega el premio al esfuerzo de 20 años de vicisitudes, sufrimientos, esfuerzos y aprendizaje constante cuando graba su debut musical, el cual se convierte en el primero de sus incontables éxitos.

Juanga tiene 21 años y desde ese instante, con su primer sencillo multiventas No tengo dinero, el mundo se pone a sus pies y lo convierte durante 45 años de carrera en un ídolo latinoamericano que conquistó el mundo con un catálogo de miles de canciones en su voz y en la de los cientos de intérpretes.


El legado: los 70

En 1971 llega el premio al esfuerzo de 20 años de vicisitudes, sufrimientos, esfuerzos y aprendizaje constante cuando graba su debut musical, el cual se convierte en el primero de sus incontables éxitos.

Juanga tiene 21 años y desde ese instante, con su primer sencillo multiventas No tengo dinero, el mundo se pone a sus pies y lo convierte durante 45 años de carrera en un ídolo latinoamericano que ha conquistado el mundo con un catálogo de miles de canciones en su voz y en la de cientos de intérpretes.

¿Quién no se ha conmovido, reído, llorado y bailado con canciones como No se ha dado cuenta, Me he quedado solo, Se me olvidó otra vez, Siempre en mi mente, Juro que nunca volveré y El Noa-Noa? Todas son canciones inmortales que pertenecen a la producción discográfica del Divo de Juárez en la década de los 70.

El talento de Juan Gabriel no conoce fronteras. En esos años comienza a escribir para otros cantantes célebres y no se cansa de acumular éxitos radiales: graban sus canciones, entre otros, Raphael, Chente Fernández y Lucha Villa.

La pareja ideal

Desde los 80 en adelante, la carrera de Juan Gabriel sigue en ascenso. En esta década graba temas que son ya auténticos clásicos de la música popular, como Querida, He venido a pedirte perdón, No me vuelvo a enamorar, No vale la pena, Te lo pido por favor.

También sigue su increíble racha de superéxitos escritos para otros. Cantantes de esa década que tienen la suerte de grabar sus temas incluyen a Lucía Méndez, José José y Daniela Romo.

En los 80 Juan Gabriel forma una pareja inolvidable con Rocío Dúrcal. Para la cantante española compone canciones que ella interpreta sola o acompañada por la voz del ídolo de Michoacán.

Algunos admiradores consideran que Juanga y Dúrcal formaron el mejor dúo cantante-compositor de la historia de la canción latinoamericana, con temas como Déjame vivir, Quédate conmigo esta noche, Costumbres y Amor eterno.

Un legado sin par

Todo tiene su precio y Juan Gabriel pagó el suyo con los rumores sobre su vida privada y los achaques que corroyeron su salud durante las últimas décadas de su vida.

En cambio, su labor social como benefactor no es ningún rumor. Durante años ayudó a dar educación y refugio a la niñez de México.

Multipremiado con más de 1,500 discos de oro y platino, con reconocimientos incomparables en Estados Unidos, México y el resto de Latinoamérica, Juan Gabriel es un ídolo mundial que se dedicó en cuerpo y alma al trabajo constante, a la creación de una herencia musical que no tiene parangón.

Hoy estamos tristes por su partida, pero seguiremos escuchando sus canciones durante muchos años. Larga vida a la leyenda del Divo de Juárez.

Juan Gabriel y Rocío Dúrcal