San Pedro Sula, Honduras.
“El sueño de mi hijo era ser un profesional; por eso le ponía empeño al estudio”, relató el padre de José Alfredo Jarquín Perdomo (19), ultimado a balazos en un asalto el jueves al mediodía en la aldea El Rancho, Choloma, Cortés.
El joven era pasante del segundo año de la carrera de Ingeniería en Sistemas en la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec) y cuando le quitaron la vida regresaba del campus universitario.
Al futuro ingeniero lo mataron para robarle la motocicleta y los objetos personales.
Jarquín Perdomo cursó sus estudios primarios en el centro básico El Esfuerzo, en su comunidad, y estudió bachillerato en computación en el instituto Cristo Rey, en Choloma. “Siempre fue sobresaliente, llevaba buenas notas y era un joven humilde que no se metía con nadie. No era un muchacho callejero; solo salía cuando le tocaba hacer algún mandado”, dijo su progenitor. El universitario fue criado por su abuela paterna, pues su papá residió en Estados Unidos y regresó al país en 2010. “Lo tuve desde que tenía seis días de nacido”, manifestó la señora.
Los parientes del victimado llegaron ayer a la morgue de Medicina Forense y lamentaron la ola de violencia que impera en el país.
Comentaron que era un joven callado y ejemplar. “Cuando llegaba de la universidad hacía sus tareas y luego salía al campo a jugar fútbol y en la noche ayudaba en la abarrotería que tenemos. Le gustaba mucho el fútbol; era aficionado del Platense y del Real Madrid. Yo lo molestaba cuando Madrid jugaba contra el Barcelona”, recordó el señor.
“El sueño de mi hijo era ser un profesional; por eso le ponía empeño al estudio”, relató el padre de José Alfredo Jarquín Perdomo (19), ultimado a balazos en un asalto el jueves al mediodía en la aldea El Rancho, Choloma, Cortés.
El joven era pasante del segundo año de la carrera de Ingeniería en Sistemas en la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec) y cuando le quitaron la vida regresaba del campus universitario.
Al futuro ingeniero lo mataron para robarle la motocicleta y los objetos personales.
Jarquín Perdomo cursó sus estudios primarios en el centro básico El Esfuerzo, en su comunidad, y estudió bachillerato en computación en el instituto Cristo Rey, en Choloma. “Siempre fue sobresaliente, llevaba buenas notas y era un joven humilde que no se metía con nadie. No era un muchacho callejero; solo salía cuando le tocaba hacer algún mandado”, dijo su progenitor. El universitario fue criado por su abuela paterna, pues su papá residió en Estados Unidos y regresó al país en 2010. “Lo tuve desde que tenía seis días de nacido”, manifestó la señora.
Los parientes del victimado llegaron ayer a la morgue de Medicina Forense y lamentaron la ola de violencia que impera en el país.
Comentaron que era un joven callado y ejemplar. “Cuando llegaba de la universidad hacía sus tareas y luego salía al campo a jugar fútbol y en la noche ayudaba en la abarrotería que tenemos. Le gustaba mucho el fútbol; era aficionado del Platense y del Real Madrid. Yo lo molestaba cuando Madrid jugaba contra el Barcelona”, recordó el señor.
