La muerte de uno de los padres aumenta el riesgo de defunción en los hijos

Las causas podrían deberse a los efectos a largo plazo que produce la ausencia del ser querido.

Los niños y adolescentes que pierden a uno de sus padres podrían enfrentarse a un riesgo más alto de muerte precoz en la adultez, sugiere un estudio reciente.

Las personas que eran niños o adolescentes cuando murió uno de sus padres se enfrentaban a un riesgo un 50% más alto de muerte durante el periodo del estudio que aquellos que no habían experimentado la muerte de uno de sus padres, según el informe que aparece en la revista PLoS Medicine.

Aunque el estudio halló una asociación entre la muerte de uno de los padres y el riesgo posterior de muerte prematura de un niño, no fue diseñado para probar que la muerte de uno de los padres fuera una causa directa de la muerte temprana del hijo adulto.

Además, el aumento en el riesgo de muerte prematura entre esas personas podría deberse tanto a los factores genéticos como a los efectos a largo plazo de la muerte de uno de los padres sobre la salud y el bienestar social del niño, teorizaron el investigador Jiong Li y sus colaboradores de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca.

El equipo analizó datos sobre los niños nacidos en Dinamarca Finlandia y Suecia entre 1968 y 2008. Casi 190,000 niños tenían entre 6 meses y 18 años de edad cuando murió uno de sus padres. Durante un periodo de seguimiento que abarcó desde uno hasta 40 años, 40,000 de esas personas murieron.
El aumento en el riesgo de muerte precoz persistió en la adultez temprana, sin importar la edad que tenía el niño cuando murió uno de sus padres.

Los investigadores hallaron que el aumento en el riesgo de muerte fue mayor entre los niños cuyos padres murieron de causas no naturales en lugar de causas naturales (el 84 frente al 33%). El riesgo de morir fue más alto entre los niños cuyos padres se habían suicidado, según un comunicado de prensa de la revista.

Los investigadores dijeron que sus hallazgos muestran la necesidad de respaldo sanitario y social para los niños y adolescentes que han perdido a uno de sus padres, y añadieron que ese respaldo quizá sea necesario durante mucho tiempo.