Cómo hablar con los hijos: sea claro y directo

Manuel Orellana le aconseja qué hacer si usted es una persona pudorosa.

San Pedro Sula, Honduras.

Lo principal que debe tener en cuenta es hablar con naturalidad de relaciones íntimas con sus hijos, afirma el experto Manuel Orellana. 'Si nos asustamos, les regañamos o esquivamos el tema, el mensaje con el que el niño se queda, es que “esto debe ser mucho más preocupante o llamativo de lo que yo pensaba', dijo Orellana.

Tome en cuenta lo siguiente:


1. Ser claros y directos, no andarse por las ramas. Ajustar la explicación a la edad y nivel del niño o la niña.


2. Tener abierto el canal de comunicación, mostrar disponibilidad para el dialogo. Si al contestar titubea, tarda en encontrar los términos adecuados o se le suben los colores, no importa. Recuerde que ninguna pregunta es un examen.

Lo importante es que el niño o niña perciba que no nos molesta la pregunta y que le ponemos interés. Respire profundamente antes de responder y trate de ser natural. Puede ser oportuno preguntarles qué saben ya del tema para partir del nivel de conocimientos previos del tema y pensar la respuesta con tranquilidad.


3. Ser honestos. Si no sabemos la respuesta, admitirlo y estar dispuestos a buscarla juntos, valorando la pregunta. Un padre o una madre que es capaz de reconocer que hay cosas que no sabe, que no se avergüenza de ello y que, además, hace todo lo posible por averiguarlo, es un buen modelo de comportamiento.

¿Qué debemos hacer los padres con los niños que no preguntan?
Cuando no preguntan, no significa que no tengan curiosidad, todos los niños la tienen. Normalmente, las preguntas empiezan de los 4 a los 6 años.

Debemos hablar de lo que a nosotros nos parece importante, haya o no preguntas. Podemos aprovechar situaciones cotidianas como: una vecina embarazada, dos novios besándose, una imagen en la televisión y hablar de afectos, amor, deseos, comunicación y derecho a decir no, cuando hablamos de relaciones. Puede parecer en un primer momento una tarea más complicada de la que es en realidad. Con la práctica todo nos parecerá más fácil.

¿Es beneficioso para los niños que los padres nos mostremos sin ropa ante ellos?
Es inevitable hablar de la palabra naturalidad, y ¿Qué es 'ser naturales'? Se suele interpretar como ser capaces de quedarse sin ropa delante de los hijos o de las hijas. Y esto puede ser un comportamiento adecuado para la aceptación de todas las partes del cuerpo y para contestar a su curiosidad antes de que aparezca.

Pero no debemos olvidarmos de algo muy importante, y es que hay padres y madres que sienten pudor, que tienen vergüenza y que no se sienten a gusto estando así delante de sus hijos. Todo el mundo tiene pudor en algún grado.

Puede que sea bueno esforzarse por cambiar, pero lo que no es conveniente. Esto es, fingir lo que no se es. “Ser naturales” significa: mostrarte como eres. Que mejor forma de cubrir el principal objetivo de la educación: aceptarse y sentirte a gusto como eres, en tu propia piel.

¿Cómo encaminar nuestro pudor como padres?
No se trata de decidir si se puede o se debe permitir que le vean. Se trata de que cada padre, cada madre, establezca sus propios límites, desde la certeza de que 'la visión' ni perjudica, ni beneficia. Pero que lo que hace que se mejore es estar a gusto y que aprendamos a entendernos.

Por eso, no basta con poner el limite, sino que hay que dar un paso más: explicar y razonar el mismo. Si un padre o una madre acepta y entiende la curiosidad, se muestra como es y, además, explica cómo se siente, está haciendo educación de calidad.

¿Cuál debe ser a postura de los padres frente al pudor de los niños?
Es normal que con la pubertad, niños manifiesten cierto pudor, es algo que debemos respetar. A ningún padre o madre, pienso que se le ocurriría ir a quitarles la toalla para exponerles al desnudo bruscamente. Podemos tratar de ofrecer a los niños modelos de aceptación del propio cuerpo, con sus virtudes y defectos.

Hablar con ellos desde la comprensión y la tranquilidad, como modelos de referencia que somos: “a tu edad también me pasaba; yo creo que el cuerpo sin ropa es algo bonito; se están produciendo cambios en tu cuerpo y puedes sentirte extraño; cada uno tiene su ritmo; lo que te va a ir pasando es….” entre otros ejemplos

Otra forma de pudor es cuando protestan ante las preguntas que les hacemos sobre la intimidad, Pues debe respetar los silencios, que se suelen producir en la preadolescencia, con la llegada del pudor.

No insistir, no presionar, no imponer. Sí tenemos que seguir hablando de aquello que nos parece oportuno comentar, o que creamos que es una necesidad de nuestros hijos sin esperar que ellos comenten nada. Para hablar, primero hay que aprender a escuchar y cuando uno sabe que no le van a insistir, que van a respetar su silencio, probablemente empiece a escuchar de verdad.

Y volverán a preguntarnos. Poco a poco, cuando los cambios en su cuerpo se han estabilizado, vuelven a mostrar su cuerpo.

Todo es un proceso paulatino, pero deje a un lado la vergüenza.