San Pedro Sula, Honduras.
Con un “sí señor juez”, Manuel de Jesús Medina Soto, aceptó que él asesinó a su novia y los dos hijos de esta el pasado 16 de septiembre de 2012.
El juicio oral y público contra el imputado se celebró ayer, pero la causa se sometió a un acuerdo de estricta conformidad en el que Medina Soto aceptó que cometió los tres delitos por los que lo acusó el Ministerio Público.
La Fiscalía presentó acusación contra el imputado por el asesinato de Bessy Lisuany, Lisbany Yarith y Dargel Idair Ramos Ramos, motivos por los que la terna de jueces de la sala 5 del Tribunal de Sentencia lo condenaron a la pena de 60 años de prisión; es decir, 20 años por cada crimen.
Durante el debate público, la fiscal señaló que hubo una circunstancia de alevosía contra las ahora víctimas, ya que cuando les quitó la vida, su novia se encontraba trabajando, lugar hasta donde llegó el condenado a matarla.
Según las investigaciones de la Fiscalía de Delitos contra la vida, Medina Soto discutió con la joven y la estranguló. Luego asfixió a los niños de dos y un año, los envolvió en sábanas y los introdujo en el baúl de su vehículo para simular un accidente automovilístico.
El asesino lanzó a una hondonada el vehículo Toyota Corolla que cayó en el río Chamelecón en el sector de Cofradía.
Para dicha audiencia oral, el Ministerio Público tenía como medios de prueba a varios testigos y documentos que acreditaban la participación del condenado en el delito que se le imputó.
