23/04/2024
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Argentina no convence a los mercados ni a todos los acreedores

  • 20 agosto 2014 /

Las opciones de Argentina se redujeron luego de que su más re­ciente propuesta para librarse de un default y esquivar un fallo judi­cial de una corte estadounidense fuera recibida con escepticismo por los mercados financieros.

Buenos Aires, Argentina.

Las opciones de Argentina se redujeron luego de que su más re­ciente propuesta para librarse de un default y esquivar un fallo judi­cial de una corte estadounidense fuera recibida con escepticismo por los mercados financieros.

Los precios de los bonos ar­gentinos retrocedieron y el peso en el mercado negro se derrumbó el miércoles a un récord mínimo frente al dólar un día después de que la presidenta Cristina Fer­nández de Kirchner propuso que los inversionistas con bonos in­cumplidos los intercambien por nueva deuda bajo la jurisdicción argentina.

El plan, similar a otro que so­pesaron las autoridades argen­tinas hace un año y nuevamente en junio, llega tres semanas des­pués de que Argentina cayera en cesación de pagos sobre parte de sus bonos. Se trata del segundo default de ese país en 13 años. Buenos Aires intenta sortear un fallo del juez Thomas Griesa de una corte de distrito de Estados Unidos que impidió al país pagar a los inversionistas que acepta­ron la reestructuración si al mis­mo tiempo no pagaba a los fondos de cobertura que poseen bonos incumplidos en la cesación de pagos de 2001.

Varios propietarios de bonos reestructurados dijeron que es poco probable que acepten un canje. Los acreedores señalaron que algo así no tendría preceden­tes e incluiría trabas logísticas que serían imposibles de superar. Es más, participar en un canje po­dría ser considerada una infrac­ción por la ley estadounidense. El juez Griesa ha señalado que sería ilegal para cualquiera ayudar a Argentina a desafiar su decisión.

Los bonos soberanos en dóla­res reestructurados que vencen en 2033, parte de los que están en default, cayeron el miércoles a 80,9 centavos por dólar contra 83,5 centavos el martes, según corredores. El peso argentino en el mercado negro retrocedió de 13,18 por dólar a 13,53, según Thomson Reuters.

“Muchos inversionistas serán escépticos o se negarán a parti­cipar si corren el riesgo de violar un fallo judicial de una corte esta­dounidense”, dijo Gorky Urquie­ta, codirector de deuda de mer­cados emergentes de Neuberger Berman.

Urquieta ha estado reducien­do sus posiciones en bonos rees­tructurados de Argentina duran­te la última semana, mientras se reducen las esperanzas de una resolución rápida al default. Él y varios bonistas estaban esperan­do que las compañías argentinas ayudaran a Buenos Aires a poner fin a su disputa con los tenedores de bonos, pero la semana pasada las negociaciones se estancaron.

Argentina incumplió algunos de sus bonos el 30 de julio luego de que no realizó el pago de inte­reses a un grupo de bonistas que aceptó el canje de deuda tras la ce­sación de pagos en 2001. Argenti­na depositó el dinero en el Bank of New York Mellon Corp., su agen­te de pago, para ser distribuido a algunos de sus acreedores. Sin embargo, la decisión de la justicia estadounidense impidió a los ban­cos repartir los fondos hasta que Argentina pague a los acreedores que no aceptaron las reestructu­raciones, llamados holdouts.

Los pronunciamientos de ambas partes, Buenos Aires y los holdouts, incluyendo Aurelius Ca­pital Management LP, se han in­tensificado en las últimas sema­nas. El miércoles, Aurelius dijo en un comunicado que “los líde­res de Argentina han escogido li­teralmente ser bandidos”.

Los fondos, liderados por Aurelius y NML Capital Ltd., de Elliott Management, han ganado sus demandas por alrededor de US$1.600 millones tras años de litigios. Sin embargo, Argentina se ha rehusado a pagarles, argu­mentando que hacerlo desataría reclamos por miles de millones de dólares de otros acreedores.

Argentina ha calificado repe­tidamente los esfuerzos de es­tos acreedores de “extorsión” y a ellos de “fondos buitres”. Am­bas partes han pagado por espa­cio en la prensa para denunciarse entre sí.

La situación coloca a los bo­nistas con deuda reestructurada en una encrucijada. Si eligen no participar en el nuevo canje de deuda, podrían verse obligados a esperar de manera indefinida por los pagos de intereses que no recibieron y ver cómo sus bonos pierden valor con el tiempo. Si de­ciden participar, perderían la pro­tección de la ley estadounidense y posiblemente violarían el fallo del juez Griesa. Los bonos son su­jetos a ley de Nueva York porque Argentina los emitió de esa ma­nera para atraer inversionistas y acceder a condiciones de crédito más favorables.

Los inversionistas dicen que las alternativas de esperar a que la disputa se resuelva son aún me­nos atractivas. Los tenedores de bonos podrían “acelerar” el pago de intereses que obligarían a Ar­gentina a pagar no solo el interés que adeuda, sino el capital tam­bién. Sin embargo, los bonistas di­cen que tienen poco que ganar de esto porque acelerar el pago solo hundiría a Argentina más en su deuda y complicaría la situación.

Los acontecimientos recien­tes representan un retroceso para muchos inversionistas que habían apostado a que Argentina saldría rápidamente de su default, resol­vería su disputa con los holdouts y volvería a los mercados inter­nacionales de deuda. Los precios de los bonos argentinos han caído aún más desde el reciente incum­plimiento de la deuda, pero no han colapsado porque los inversionis­tas creen que los precios repunta­rán tan pronto como el país llegue a un acuerdo con los bonistas que se resistieron.

“La gente veía esto como una oportunidad para que Argenti­na aceptara su derrota legal y si­guiera adelante, y no está pasan­do”, dijo Carl Ross, un analista de crédito soberano con Grantham Mayo Van Otterloo & Co. (GMO), que posee bonos reestructu­rados de Argentina. “Mientras más se retrase una solución con los holdouts, más se demorará Argentina en volver a ingresar a los mercados de capital interna­cionales”.

Ross no quiso decir si GMO ha vendido parte de sus bonos desde el default.
Algunos analistas dicen que los inversionistas podrían espe­rar una resolución hasta 2016 cuando empezará un nuevo go­bierno tras las elecciones presi­denciales programadas para oc­tubre de 2015.

Algunos tenedores de bonos señalan que están esperando más detalles sobre el canje antes de decidir si participarán o no, incluyendo la logística de abrir una cuenta bancaria en Argen­tina. También existen preocupa­ciones sobre si los inversionistas podrán obtener fácilmente pagos de intereses de Argentina, en vis­ta de los controles de capital es­trictos del país.
Si el canje de deuda es apro­bado por los legisladores argen­tinos, el gobierno depositaría los pagos de los nuevos bonos sobe­ranos en una cuenta en el banco central del país.