25/04/2024
05:20 PM

¿Se apoya en sus antepasados?

Cuando llegó su primer hijo, Juanito y Martha decidieron escoger muy bien el nombre de su primogénito. Pero no pudieron ponerse de acuerdo. Juan quería llamarlo como su abuelo, en tanto que Martha quería ponerle el nombre del suyo. Ambos estaban ya fallecidos, así que la discusión llegó a ser tan áspera, que decidieron consultar con el sacerdote de su parroquia.

--¿Cuál era el nombre de tu abuelo?, preguntó el Padre a Juan. --Abimael, señor cura.

--¿Y cómo se llamó el tuyo, Martha? --Abimael, señor.

El sacerdote quedó perplejo. --Entonces, les dijo, ¿Cuál es el problema?

--Sucede, señor cura, dijo la mujer, que mi abuelo fue un hombre instruido, un escritor y poeta; mientras que el abuelo de Juan fue un truhán, ladrón de ganado y estafador de oficio. ¿Cómo voy a permitir que le ponga el nombre de su abuelo, y no el del mío?

El hombre de Dios se dio cuenta que estaba ante un problema del todo absurdo. Así que propuso algo para zanjar la extraña discusión: Sugiero que le pongan Abimael. Cuando crezca, si le da por escribir y hacer poemas, le dicen que se llama como el abuelo materno. Pero si le da por ser un malandrín y se roba las cosas, le explican que lleva el nombre de su abuelo paterno.

Por supuesto no es más que una historia contada entre broma y en serio, pero que debe dejarnos una lección: cada uno de nosotros es responsable de lo que hagamos o dejemos de hacer en la vida, y no es posible buscar disculpas entre nuestros antepasados. Y no es que crea que no debemos sentirnos orgullosos de ellos, si es el caso. Lo que quiero recalcar es que no podemos buscar ahí excusas para justificar nuestras faltas. Dios, en su infinita sabiduría, dispuso la renovación de las generaciones. Cada generación tiene solamente unas cuantas décadas en esta tierra para realizar lo que necesite realizar. Las oportunidades que tenemos hoy en día son mucho mayores que las que tuvieron nuestros abuelos, y nuestros nietos tendrán seguramente oportunidades aún más grandes. ¿No sería entonces sensato aprovecharlas para vivir intensamente?

LO NEGATIVO: Buscar en nuestros antepasados las coartadas para justificar nuestros fracasos.

LO POSITIVO: Comprender que estamos nosotros ahora frente a nuestras oportunidades, y que de nosotros y solamente de nosotros dependerá aprovecharlas.