Reino Unido.
El DRS (alerón trasero móvil) se introdujo en la F1 para intentar facilitar los adelantamientos, la maniobra que el público de la F1 adora por la adrenalina que supone. Algo tan artificial como antideportivo si se quiere, pero en el siglo de la comunicación el show y el espectáculo es lo que aporta el dinero.
También ésta es la razón por la cual se introdujo el suministrador único de neumáticos con la imposición a Pirelli de unas gomas que, con su degradación, facilitasen el espectáculo y los golpes de teatro.
O la introducción este año de puntos dobles en la última carrera para intentar mantener la incertidubre hasta el final.
La F1 se debate entre su filosofía inicial, la tecnología más avanzada del automovilismo en evolución continua y la falta de espectáculo que ello ha provocado.
El denominado ‘Popularity Working Group’ de la F1 se reunió ayer en Londres para estudiar propuestas con las que mejorar el espectáculo de la F1, detener la ‘hemorragia’ de espectadores en buena parte de las pistas e incluso mantener las audiencias de televisión.
El británico y expresidente de la FIA Max Mosley, en su día, llegó a proponer la rotación de los pilotos. Cambiarían de coche cada Gran Premio y a final de año todos debían haber corrido con todos los equipos. Los actores y aficionados no estuvieron de acuerdo.
Ecclestone llegó a proponer el riego por aspersión de la pista, “porque las carreras ganan emoción en mojado y se ven más adelantamientos”. En un momento determinado de la carrera la pista sería mojada, sin que se supiera ni el momento, ni tiempo o la intensidad de la ‘lluvia artificial’.
También propuso que el campeón fuera quien más ‘medallas de oro’ ganara, es decir, quien más carreras ganara y abolir el sistema de puntos. Se pretende dar puntos extra al más rápido de los ensayos libres y a los primeros de la calificación.
Niki Lauda cree que deben acabar las ingerencias de los comisarios, “que penalizan por tonterías con demasiada frecuencia”.
Lo único que por ahora parece salir adelante es la iniciativa de penalizar a los que ganan mediante un lastre, idea que se va abriendo camino, aunque los aficionados no lo apoyen en este momento, pueden verse resultado a futuro.
El DRS (alerón trasero móvil) se introdujo en la F1 para intentar facilitar los adelantamientos, la maniobra que el público de la F1 adora por la adrenalina que supone. Algo tan artificial como antideportivo si se quiere, pero en el siglo de la comunicación el show y el espectáculo es lo que aporta el dinero.
También ésta es la razón por la cual se introdujo el suministrador único de neumáticos con la imposición a Pirelli de unas gomas que, con su degradación, facilitasen el espectáculo y los golpes de teatro.
O la introducción este año de puntos dobles en la última carrera para intentar mantener la incertidubre hasta el final.
La F1 se debate entre su filosofía inicial, la tecnología más avanzada del automovilismo en evolución continua y la falta de espectáculo que ello ha provocado.
El denominado ‘Popularity Working Group’ de la F1 se reunió ayer en Londres para estudiar propuestas con las que mejorar el espectáculo de la F1, detener la ‘hemorragia’ de espectadores en buena parte de las pistas e incluso mantener las audiencias de televisión.
El británico y expresidente de la FIA Max Mosley, en su día, llegó a proponer la rotación de los pilotos. Cambiarían de coche cada Gran Premio y a final de año todos debían haber corrido con todos los equipos. Los actores y aficionados no estuvieron de acuerdo.
Ecclestone llegó a proponer el riego por aspersión de la pista, “porque las carreras ganan emoción en mojado y se ven más adelantamientos”. En un momento determinado de la carrera la pista sería mojada, sin que se supiera ni el momento, ni tiempo o la intensidad de la ‘lluvia artificial’.
También propuso que el campeón fuera quien más ‘medallas de oro’ ganara, es decir, quien más carreras ganara y abolir el sistema de puntos. Se pretende dar puntos extra al más rápido de los ensayos libres y a los primeros de la calificación.
Niki Lauda cree que deben acabar las ingerencias de los comisarios, “que penalizan por tonterías con demasiada frecuencia”.
Lo único que por ahora parece salir adelante es la iniciativa de penalizar a los que ganan mediante un lastre, idea que se va abriendo camino, aunque los aficionados no lo apoyen en este momento, pueden verse resultado a futuro.
