24/04/2024
12:27 AM

El ciudadano Carlos Slim

El ciudadano Carlos Slim

Según la revista Forbes, el mexicano Carlos Slim se ha colocado nuevamente a la cabeza del exclusivo pelotón de los hombres más ricos del planeta, que había venido siendo liderado por el norteamericano Bill Gates.

Esta hazaña podría haber resultado a los ojos de cualquier mortal como una misión imposible, dado el imperio cada vez más vasto del rey de la informática con sus innovadores programas para ordenadores de Microsoft, que son los más vendidos.

En efecto, Bill Gates, llegó a ser el capitalista más emblemático e influyente de la economía moderna, hasta el día que el Congreso de los Estados Unidos le cortó las alas con la aprobación de una ley anti trust, por las denuncias de abuso en los mercados por el sistema Windows, que le aseguró por muchos años un cuasi monopolio en la informática mundial.

Pero la majestad de la ley y de los tribunales de Estados Unidos, muy a lo contrario a lo que son en Honduras están por encima del poder político y económico, y de otras influencias negativas para todo sistema democrático, como quedó demostrado con aquellas investigaciones, en una batalla legal que se ha dado en un país en donde la Corte Suprema de Justicia está integrado por tan solo nueve jueces que administran justicia para 310 millones de habitantes, contrastando con el nuestro en donde el máximo tribunal de justicia lo integran quince magistrados, para 8 millones de habitantes, lo que para cualquier ciudadano como yo, no tiene explicación alguna.

Pues bien, a muchos, sobre todo latinoamericanos, les place que el mexicano Slim haya de nuevo destronado al niño prodigio americano como el más rico de la tierra, cuya fortuna se estima en más de 75,600 millones de dólares, superior en más de 7,000 a la de Gates.

Para ejemplo de muchos, el magnate mexicano no tiene helicóptero, es un hombre sencillo que no le gusta ni la extravagancia ni la ostentación, como tampoco los halagadores de oficio, muy a lo contrario también a nuestra realidad, en donde la cúpula de la clase política en el poder viaja por el prurito de viajar en primera clase con los fondos del Estado, que les gusta las lisonjas, y los valiosos regalos que reciben en Navidad, que tienen amantes como el ex director del IHSS y otros, y que les encanta andar subidos en los helicópteros que algunos aduladores se los prestan.

De Carlos Slim el nuevo gurú de las telecomunicaciones que ha hecho fuertes inversiones en Honduras, se puede aprender mucho, es muy dado a la filantropía, no cambia su casa como los nuevos ricos entre nosotros, sobre todo aquellos que surgen cada cuatro años, pues vive en la misma en donde por décadas ha vivido, ni anda con el enjambre de aduladores como los que rodean a los políticos de nuevo cuño en Honduras.