17/04/2024
06:40 PM

Más que una palabra

    Redacción, San Pedro Sula, Honduras

    La corresponsabilidad es la palabra que en los últimos días ha recorrido países, traspasado fronteras, producido un sentimiento de satisfacción en quien al pronunciarla o escribirla quizás hasta llegó a pensar en el inicio del fin del drama humano de miles de menores en éxodo para alcanzar una ilusión.

    Ante la emergencia y gravedad de una situación que ha rebasado las previsiones y los recursos disponibles de inmediato, los comunicados y los acuerdos pueden proporcionar algo de oxígeno para impedir la asfixia, pero el problema persiste al no enfilar las decisiones y acciones hacia las causas, raíces, sino quedar en la superficie, efectos.

    La reunión, la semana pasada, en la Casa Blanca congeló el entusiasmo, pues fue una confirmación de que el presidente Barack Obama será el titular del Ejecutivo norteamericano que supera todos los récord en deportaciones, de las que no se excluyen los menores de edad.

    Antes y después de la cita, la referencia a la corresponsabilidad llenaba el discurso aunque ausente quedaba la reubicación familiar, se hacía énfasis en el cumplimiento de la ley y se relegaba la regulación portadora de humanidad, mediante la cual los menores de edad de países no vecinos eran recibidos para posteriormente identificar su estatus migratorio. Lo importante es que habían logrado entrar, estar con su familia y entender los llamados del juez cuyas resoluciones les eran, habitualmente, favorables.

    Lea: Especial niños migrantes

    Ahora la atención ha cambiado. La Casa Blanca “apoya una respuesta federal unificada y coordinada para contener el flujo de niños inmigrantes”, señala el comunicado ante la iniciativa del Senado norteamericano; en la Cámara de Representantes, con mayoría republicana, no es favorable ni a la reforma migratoria integral que se halla estancada ni al pedido del Ejecutivo para atender la emergencia.

    Se adhiere a la propuesta del Senado porque “este proyecto ley responde al problema humanitario sin inyectar condiciones partidistas que lo único que harán es incrementar el costo sin resolver el problema”.

    Los recursos pedidos se destinarían a agilizar el proceso para una rápida deportación; evitar el hacinamiento en los centros de acogida y poder atender mejor a los menores. Esta es la emergencia en el punto de llegada, cuya consideración se limita a los efectos del desplazamiento para la población de la Unión Americana, cuya opinión pública favorece la deportación sin trámite en los tribunales. En el punto de partida están las causas reales de la migración, auténtico desafío solo posible con corresponsabilidad.

    “¿Por qué Honduras es el país sin guerra más violento del mundo?”, se pregunta en su titular el diario español ABC. La interrogante no está exenta de morbo o quizás intenta descubrir el agua caliente con números, estadísticas y porcentajes carentes del drama humano en el diario vivir de los hondureños.