18/04/2024
08:32 PM

Con carros prestados DNIC enfrentó a los mareros

Pobladores informaron de las operaciones ilícitas que ocurrían en una casa en la colonia Sandoval.

San Pedro Sula, Honduras.

Solo tienen voluntad, deseo y coraje de hacer su trabajo porque falta logística. Esa es la realidad de los agentes de la Unidad de Maras y Pandillas de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC).

Pese a las limitaciones, no descuidan sus tareas, se enfrentan a los riesgos que implica investigar a las pandillas en la zona norte.

El jueves, los investigadores, después de dar seguimiento a una denuncia que tres días atrás habían puesto ciudadanos cansados de los atropellos de los antisociales, decidieron trasladarse a la colonia Sandoval Sorto.

Su misión era reconocer la zona y ubicar la vivienda donde, según la queja, había gente armada que metía a niños y jóvenes para torturarlos.

El contingente de agentes salió de la base de operaciones a las 3:30 pm. Se fueron en dos vehículos prestados por otras dependencias de la DNIC para cumplir su labor.

Eran 10 agentes con la voluntad de servir, de hacer su trabajo, pese a las serias limitaciones que afrontan. Ninguno imaginó la situación que les los esperaba: hombres parapetados que los atacaron en cuanto llegaron.

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En la refriega fallecieron seis personas: el agente de la Unidad de Maras y Pandillas Elmer Olvir Castillo (34) y cinco supuestos pandilleros que fueron identificados como Francisco Caballero, Miguel Alfredo Pineda, German García Canales, Ever Benjamín Castillo y Cristián Josué Maradiaga.

Los cuerpos de los cinco supuestos pandilleros fueron entregados ayer por la mañana a sus familiares. El cadáver del agente, después de ser velado en su centro de trabajo en San Pedro Sula, fue trasladado a Sonaguera, Colón, de donde era originario, y será sepultado hoy.

El caso

Los agentes de la unidad habían recibido el lunes anterior la denuncia de que en una vivienda se detectaba la presencia de hombres armados que constantemente metían a personas para torturarlas.

“La denuncia fue el punto de partida. Logramos indagar que no solo torturaban, sino que incluso corrieron a los inquilinos que habitaban en la cuadra.

Este era el punto desde donde los mareros planificaban sus operaciones en toda la ciudad. Pero como detectaron nuestras operaciones, se molestaron y por eso nos atacaron”, indicó uno de los investigadores.

En el seguimiento de la denuncia se planificó que los agentes inspeccionarían el jueves para localizar el lugar y obtener información con el fin de identificar a los delincuentes para que días después se ejecutara el operativo de captura.

Sin embargo, todo quedó en planes; no lograron su cometido porque fueron atacados antes de llegar al lugar.

“Fue una situación circunstancial, es parte de los riesgos que corremos al realizar nuestro trabajo. Se perdió la vida de un compañero y eso es lo que lamentamos”, dijo un investigador.

Con las uñas

Aquí solo la voluntad cuenta. La DNIC en San Pedro Sula apenas dispone de tres vehículos para cumplir su trabajo y una asignación de 400 lempiras de combustible cada tres días.

A pesar de tanta limitación logística, los policías logran hacer de tres a cuatro investigaciones semanales. “Es triste revelar la realidad. En la DNIC, algunos jefes piden apoyo a la superioridad, pero son relevados por hacerlo. Solo tenemos coraje para trabajar”, dijo un investigador.