El Corpus, Choluteca, Honduras.
Luego de más de tres semanas de haberse paralizado las actividades en la mina del cerro Cuculmeca, tras el derrumbe que dejó soterrados a ocho mineros, las familias de la zona recibieron una bolsa con víveres.
Los alimentos se lograron obtener a través de los miembros de la Mesa Nacional de Incidencia y Gestión de Riesgo de la zona sur. Unas 890 familias fueron beneficiadas con la primera entrega de raciones.
Las porciones de alimentos contienen frijoles, arroz, manteca, café, fósforos, harina de maíz y de trigo, salsa de tomate, azúcar y sal. Se estima que con esta ración de víveres se puede alimentar por unos diez días una familia integrada por cinco o seis miembros.
A primeras horas de la mañana, un equipo humano partió desde Choluteca rumbo a las 12 comunidades donde residen las familias de los mineros que, con anterioridad, identificaron las organizaciones no gubernamentales que trabajan en la zona.
“Gracias a Dios que ustedes vinieron con estos alimentos, ya que no teníamos nada para darles de comer a nuestros hijos”, dijo Vilma Ruiz, esposa de uno de los mineros.
La señora es madre de cuatro niños que aún esperan que el padre les lleve el sustento a casa; pero luego de la tragedia en la mina, el trabajo se ha estancado, sin que haya otra fuente de empleo adonde los hombres puedan desempeñar sus labores a cambio de remuneración.
Guillermo Pérez, subcoordinador de la Mesa Nacional de Injerencia y Gestión de Riesgos del sur de país, dijo que la iniciativa de llevar alimentos nació en la Secretaría Técnica de Planificación y Cooperación Externa (Seplan).
Pérez explicó que la mesa ha sido el espacio para viabilizar el plan de ayuda. La organización Plan Internacional donó 350 raciones de alimentos y 350 kit de higiene, la Copeco aportó 200 raciones y el resto la alcaldía de El Corpus.
Luego de más de tres semanas de haberse paralizado las actividades en la mina del cerro Cuculmeca, tras el derrumbe que dejó soterrados a ocho mineros, las familias de la zona recibieron una bolsa con víveres.
Los alimentos se lograron obtener a través de los miembros de la Mesa Nacional de Incidencia y Gestión de Riesgo de la zona sur. Unas 890 familias fueron beneficiadas con la primera entrega de raciones.
Las porciones de alimentos contienen frijoles, arroz, manteca, café, fósforos, harina de maíz y de trigo, salsa de tomate, azúcar y sal. Se estima que con esta ración de víveres se puede alimentar por unos diez días una familia integrada por cinco o seis miembros.
A primeras horas de la mañana, un equipo humano partió desde Choluteca rumbo a las 12 comunidades donde residen las familias de los mineros que, con anterioridad, identificaron las organizaciones no gubernamentales que trabajan en la zona.
“Gracias a Dios que ustedes vinieron con estos alimentos, ya que no teníamos nada para darles de comer a nuestros hijos”, dijo Vilma Ruiz, esposa de uno de los mineros.
La señora es madre de cuatro niños que aún esperan que el padre les lleve el sustento a casa; pero luego de la tragedia en la mina, el trabajo se ha estancado, sin que haya otra fuente de empleo adonde los hombres puedan desempeñar sus labores a cambio de remuneración.
Guillermo Pérez, subcoordinador de la Mesa Nacional de Injerencia y Gestión de Riesgos del sur de país, dijo que la iniciativa de llevar alimentos nació en la Secretaría Técnica de Planificación y Cooperación Externa (Seplan).
Pérez explicó que la mesa ha sido el espacio para viabilizar el plan de ayuda. La organización Plan Internacional donó 350 raciones de alimentos y 350 kit de higiene, la Copeco aportó 200 raciones y el resto la alcaldía de El Corpus.
