18/04/2024
05:36 PM

Aquelarre

San Pedro Sula, Honduras.

La reciente invasión militar al Hospital Nacional “Dr. Mario C. Rivas” y la presencia de una Junta Interventora no solamente son innecesarias si no que aparentemente absurdas, en primer lugar porque lo que el Hospital necesita son médicos, enfermeras y todo tipo de material hospitalario, no balas. El argumento de mejorar la seguridad tampoco es válido porque lo que tenía que hacerse era detener a los delincuentes, no espantarlos, porque al igual que las moscas, ellos van a regresar en cuanto los militares abandonen el Hospital y tanta alharaca va a quedar en nada. La vigilancia del hospital se va a otorgar otra vez a las mismas compañías, aunque con otro nombre y otro uniforme, y todo va a volver a ser como antes.

La Junta Interventora está compuesta por personas de comprobada honorabilidad y capacidad, pero no deja de llamar la atención el hecho de que van a realizar el trabajo del personal administrativo que la misma Secretaría de Salud nombró. ¿Entonces para que los nombraron si no confiaban en ellos? No quisiéramos pensar mal, pero tenemos el presentimiento que a estos honorables ciudadanos los enviaron a una misión destinada al fracaso.

El abandono del sistema de salud público tiene tantos año que ya se pueden contar por décadas, y parece que existe una competencia en la que cada Gobierno anhela superar, en corrupción, al precedente. En estos seis meses del nuevo Gobierno el abandono al sistema nacional de salud ha sido total, todos los hospitales de la República se encuentran sin medicamentos ni material hospitalario, por lo que los pacientes tienen que ser referidos a un nivel hospitalario superior, de tal suerte que el Hospital Mario C. Rivas tiene que atender a toda la población noroccidental del país y se encuentra igualmente desabastecido.

Nos debe llamar a la reflexión el hecho que al mismo tiempo que se abandona el suministro de los hospitales se fomenta una enorme campaña de desprestigio al sistema de salud y se está promocionando una nueva ley de seguridad social que promete ser maravillosa, pero que nadie conoce.

No quisiéramos pensar que el descalabro financiero del IHSS y el abandono de los hospitales de la Secretaría de Salud se debe a un plan de llevar al colapso todo el sistema de salud para poder justificar el ensayo de uno nuevo en el cual se favorezca a bancos nacionales que ofrecen seguros médicos y que, incluso, han incursionado en la industria farmacéutica.

Actualmente hay una cacería de inocentes en el Hospital Mario C. Rivas, donde el personal médico y de enfermería realiza una labor sobrehumana para poder atender más pacientes de los que su capacidad le permite.

Las fiscalías están hostilizando a este personal a sabiendas que es imposible brindar una atención digna con un volumen tan grande de enfermos y sin medicinas, parecen buitres hambrientos esperando se cometa un error que ineludiblemente se va a producir.

Mientras los hospitales están abandonados y el personal hace milagros en su trabajo, todo el aparato del Estado está contribuyendo a erosionar los pilares del sistema nacional de salud.

Solo Dios sabe qué intención lleva ese aquelarre que se tienen en las altas esferas del Gobierno.