La apatía de los dueños de al menos 250 viviendas del barrio San Francisco de El Progreso en conectarse a la red de aguas negras preocupa a las autoridades municipales, ya que ello se pone en riesgo futuros financiamientos para ese tipo de proyectos.
La obra que se culminó en 2012 fue financiada a un costo superior a los diez millones de lempiras en carácter de donación por el Banco Centroamericano de Integración Económica, BCIE, por medio del Programa de Saneamiento y Agua (Prosagua) y el Servicio Nacional Autónomo de Acueductos y Alcantarillado (Sanaa) con aporte de la alcaldía.
Romel Cano, jefe del departamento de ingeniería de la comuna progreseña, lamentó que habitantes de la referida colonia lucharon por varias décadas para tener el servicio, hoy que ya lo tienen no lo quieren usar, estima que de casi 500 viviendas a beneficiar, al menos el 50% no lo ha hecho.
La visión del organismo internacional y el ente del Estado fue terminar con la contaminación por las aguas negras que varios pobladores tiran al río Pelo. La situación sigue igual. “Es una pena que por la poca importancia de los ciudadanos a ese proyecto se ponga en riesgo fondos para otros en otros barrios que lo necesitan”, dijo. El funcionario aseguró que ellos apoyan a los vecinos con personal para que la instalación no tenga ningún costo. Jorge Escobar, presidente del patronato del barrio San Francisco, es uno de los que no se ha conectado al sistema. “Espero hacerlo en los próximos días”. Debido a que no tiene la demanda, la red no ha sido provocada para ver si cumple los parámetros técnicos sanitarios.
