Tegucigalpa. Agentes policiales le pusieron fin a una fiesta en la que participaban 145 estudiantes de diferentes colegios de la capital, donde se consumía alcohol y drogas.
El allanamiento se ejecutó en un deteriorado inmueble conocido como “La Casona”, en el barrio La Ronda.
La información que manejaba la Policía es que ese lugar era utilizado por personas inescrupulosas para corromper a menores y, prueba de ello es que hallaron bebidas alcohólicas y una pequeña cantidad de drogas. Varias adolescentes fueron llevadas al Instituto Hondureño para la Niñez y la Familia (Ihnfa), lo mismo pasó con los varones, por ser considerados en riesgo social.
En la operación combinada, la Policía capturó al organizador de la fiesta bailable, quien presentó un permiso con el sello del Juzgado de Policía de la Alcaldía Municipal del Distrito Central, lo que está en investigación.
El allanamiento
El jefe de la Unidad Metropolitana 1, subcomisionado Otoniel Castillo Lemus, informó que a tempranas horas tuvieron conocimiento de que jóvenes de diferentes colegios asistirían a una fiesta con venta de bebidas alcohólicas y drogas.
Agregó que hicieron las coordinaciones con la Fiscalía de la Niñez y el Ihnfa para un operativo en horas de la tarde en el viejo inmueble ubicado en el barrio La Ronda, a la par del Instituto Alfonso Guillén Zelaya.
Confirmó que es una casa de habitación de tres plantas en condición de abandono que no cumple con las medidas de seguridad, porque está destruida.
Aseguró que llegaron en forma sorpresiva y procedieron a requerir a 145 jóvenes, entre varones y mujeres de distintos centros de estudios, algunos con sus respectivos uniformes.
Castillo Lemus confirmó que en la inspección que hicieron equipos de la Dirección Nacional de Servicios Especiales de Investigación (DNSEI), policías preventivos y otras unidades de Inteligencia hallaron botellas de ron, cervezas en lata, una pequeña cantidad de drogas y un equipo de sonido.
El oficial aseguró que había un encargado de la fiesta, de quien no dio a conocer el nombre, quien presentó un permiso de autorización del Juzgado de Policía de Tegucigalpa.
Esta persona cobraba entre 10 y 20 lempiras a cada estudiante por ingresar a esa fiesta.
En el interior del viejo edificio se encontró un mensaje escrito en una cartulina con el dibujo de una calavera que dice “Siga fumando tranquilo, que fumar adelgaza”.
El jefe policial reveló que la información que tenían era que, supuestamente, los jóvenes iban a consumir bebidas alcohólicas.
