24/04/2024
07:10 PM

Sacrificio de una jirafa sana causa indignación

Distintas ONG danesas han considerado el sacrificio un acto 'bárbaro' y 'falto de ética'.

Berlín, Alemania.

El zoo de Copenhague sacrificó hoy a una jirafa de dos años alegando que tenía que evitar futuros problemas de consanguinidad, pese a una intensa campaña pública en internet para salvar su vida y a la propuesta de alternativas.

La dirección de la institución ha defendido que Marius, de dos años, debía ser sacrificada porque el objetivo del zoo es asegurarse que los mejores genes pasan a las generaciones venideras, preservándose así a largo plazo la supervivencia de las especies que acogen.

El centro ha asegurado que sacrifica entre 20 y 30 animales de media al año para que las poblaciones que mantienen se conserven sanas.

De nada han servido las miles de firmas que han recogido varias peticiones populares online, las quejas de varias organizaciones no gubernamentales para la protección de los animales y las ofertas de otros zoos, que se mostraron dispuestos a acoger al animal que Copenhague prefería sacrificar.

Distintas ONG danesas han considerado el sacrificio un acto 'bárbaro' y 'falto de ética'.

El animal murió por un disparo de una pistola de perno, después de que se descartase el empleo de una inyección letal -que hubiese contaminado su carne-, ya que está previsto que sus restos se empleen no sólo para investigación sino también para alimentar a carnívoros del zoo.

Las opciones de castración o de reintroducción en la naturaleza se desecharon por sus posibles efectos adversos, así como el traslado de Marius a otro centro de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA) por incompatibilidad genética.

Las dos principales asociaciones danesas de defensa de los animales, Dyrenes Beskyttelse y Anima, ignoraron la campaña en favor del bebé jirafa, que recogió miles de firmas en internet.

Un zoo sueco informó el sábado al diario Expressen haber solicitado sin éxito el traslado de Marius.

El zoológico de Copenhague explicó que su política es no vender sus animales, pese a contar con ofertas de compra de millonarios, según informó el diario danés Ekstrabladet.