19/04/2024
06:24 AM

Elena Poniatowska gana el premio Cervantes

La escritora mexicana Elena Poniatowska es la ganadora del Premio Cervantes de 2013.

Ciudad de México.

La escritora mexicana Elena Poniatowska se ha convertido hoy en la cuarta mujer en ganar el Premio Cervantes, que ha merecido por su 'brillante' trayectoria literaria y una dedicación 'ejemplar' al periodismo, siempre desde un 'firme compromiso con la historia contemporánea'.

El fallo del premio, el más importante de las letras hispanas, lo hizo público el ministro español de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, tras las sucesivas votaciones del jurado, que se lo concedió por mayoría a Poniatowska.

Wert destacó la 'contribución literaria' de la galardonada, así como su presencia en los medios de comunicación y su compromiso con la época que le ha tocado vivir.

De padre francés y madre mexicana, Poniatowska (París, 1932) es autora de más de 40 libros (ensayos, novelas, cuentos y testimonios traducidos a más de 20 idiomas), entre los que destaca 'Hasta no verte Jesús mío' o 'La piel del cielo'.

Para la galardonada fue 'una gran sorpresa' saber que había ganado el Cervantes. La despertaron con una llamada telefónica y fue 'una enorme alegría' para ella, 'un regalo del cielo', según decía hoy en declaraciones a Efe.

Y, probablemente, quien la despertó fue el propio ministro Wert, que mantuvo con ella 'una conversación gratísima' para comunicarle el premio'.

La escritora, según dijo el ministro, ha mostrado 'un agradecimiento sin límites al jurado' y ha manifestado también su gran interés por recibir el galardón, que le será entregado en una solemne ceremonia que, como todos los años, se celebrará el 23 de abril en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, población próxima a la ciudad de Madrid.

Poniatowska publica estos días una biografía sobre Guillermo Haro, su esposo, fallecido en 1988, un hombre dedicado a la astronomía y a la física.

'Yo espero que él me lo esté enviando porque él está cerca del cielo. Y supongo que sacar un premio como este pues es un regalo del cielo', apuntó Poniatowska.

La galardonada le debe mucho al periodismo, su oficio durante décadas y, además, una vía inmejorable para conocer la realidad de México, el país en el que vive desde 1942 y en el que consiguió la nacionalidad en 1969.

El periodismo es también para ella 'una perenne lección de humildad' y un oficio al que se ha visto inevitablemente abocada viviendo en Latinoamérica, 'donde uno no puede quedarse en casa a escribir, la realidad es demasiado avasalladora, supera cualquier ficción', afirmaba la ganadora del Cervantes cuando ganó el Premio Rómulo Gallegos en 2007.

Sin embargo, Poniatowska admite que la ficción es un terreno que la cautiva y donde hoy se siente muy a gusto también.

'Igual que dijo García Márquez: 'Yo escribo para que me quieran'. De eso hace mucho tiempo. Yo creo que escribo porque es mi manera de estar sobre la tierra, de justificar mi presencia', le decía hoy a Efe.

Poniatowska confiesa que siempre ha sido 'una mujer insegura, llena de preguntas, que no tiene respuestas'. Escribir también ha sido para ella 'una forma de participación' en los asuntos públicos de su país.

Le preocupa por encima de otras cosas el destino de los jóvenes sin trabajo y sin oportunidades claras de abrirse camino, en países como México y España.

'He tratado con los libros y con el periodismo en que se llegue a un México donde los jóvenes tengan oportunidades. A mí me preocupa muchísimo que se vayan a perder generaciones de jóvenes', apuntó.

Poniatowska se ha convertido hoy en la cuarta mujer que gana el Premio Cervantes en los 38 años de vida que tiene el galardón, después de las españolas María Zambrano (1988) y Ana María Matute (2010) y la cubana Dulce María Loynaz (1992).

Autora de obras emblemáticas que describen el siglo XX desde una proyección internacional e integradora, Poniatowska constituye, según el jurado, 'una de las voces más poderosas de la literatura en español en estos días'.

El Premio Cervantes, considerado el Nobel español y creado en 1975 por el Ministerio de Cultura, está dotado 125.000 euros (168.775 dólares) y reconoce la figura de un escritor que con el conjunto de su obra haya contribuido a enriquecer el legado literario hispano.

Ocho votaciones sucesivas han sido necesarias para designar por mayoría a la ganadora por parte de un jurado compuesto por diez miembros. Tenían que haber sido once, pero el poeta chileno Nicanor Parra, ganador del premio hace dos años, excusó su presencia.

El escritor español José Manuel Caballero Bonald, Premio Cervantes 2012 y miembro del jurado, destacaba hoy el compromiso de la escritora con la realidad histórica mexicana, así como su indagación en la lengua.

Elena Poniatowska se impuso finalmente a otros candidatos que parecían tener más posibilidades este año, entre ellos el nicaragüense Sergio Ramírez y el mexicano Fernando del Paso.

También han formado parte del jurado el director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua; Renée Ferrer, de la Academia Paraguaya de la Lengua Española; María Pilar Celma Valero, de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, y Diego Valadés Ríos, de la Unión de Universidades de América Latina.

María Dolores López Enamorado, propuesta por el Instituto Cervantes, y Fernando Rodríguez Lafuente, designado por el Ministerio español de Educación, Cultura y Deporte, han completado el jurado.

Poniatowska es autora de libros como 'La noche de Tlatelolco' (1971), 'Tinísima' (1991), 'La piel del cielo' (Premio Alfaguara de novela 2001), 'El tren pasa primero' (Premio Rómulo Gallegos 2006) y 'Leonora' (Premio Biblioteca Breve 2011).

Una vida entregada a la literatura y llena de premios

Elena Poniatowska, galardonada hoy con el Premio Cervantes, pasa por ser una escritora comprometida desde que se dio a conocer con 'La noche de Tlatelolco', sobre la matanza de estudiantes en México en 1968, aunque para ella el primer compromiso de la literatura es escribir bien.

'Estar comprometido y ser un pésimo escritor lo único que hace es echar a perder cualquier proyecto', explicó en una entrevista con Efe en Venezuela en 2007 con motivo del premio Rómulo Gallegos, uno de los tantos que jalonan la biografía de quien se ha definido como 'una mujer periodista, una mujer insegura, llena de preguntas, que no tiene respuestas'.

Agradecía ese y otros premios por la 'seguridad' que le dan en su labor periodística, un trabajo que considera 'una lección perenne de humildad', y al que se ve inevitablemente abocada viviendo en América Latina, 'donde uno no puede quedarse en casa a escribir, la realidad es demasiado avasalladora, supera cualquier ficción'.

Nacida en 1932 en París, descendiente directa de Stanislao Augusto Poniatowski, último rey de Polonia y amante de la zarina de Rusia Catalina 'la Grande', decía en una entrevista en 2003 que no ha pensado nunca 'en términos de príncipes y princesas', y añadía: 'Yo vivo en una república y he trabajado en la calle toda la vida'.

Una decisión, la de su última nacionalidad, mexicana, de la que tomó conciencia muy joven, según relató en una visita a Santa Cruz de Tenerife (España) en 2007: 'Llegué a México con nueve años, escogí ser mexicana y decidí involucrarme en la causas sociales porque la pobreza me sorprendió, aunque con el paso del tiempo sigue existiendo la misma pobreza'.

En la última entrevista con Efe, en septiembre último en Nueva York, dejaba claro su apego actual a la realidad social de México al comentar las movilizaciones de los maestros por la reforma educativa: 'Es muy importante que la gente se manifieste, salir a la calle, decir, hablar, estorbarle al Gobierno'.

La figura más representativa del mundo literario mexicano, que a su juicio quedó 'huérfano' con la muerte de Carlos Fuentes en mayo de 2012, se ha definido como 'cartesiana y lógica' de su parte francesa, y como mexicana influida por 'el deslumbramiento, la magia, el misterio, los encuentros inesperados y la esperanza'.

De su trabajo periodístico resultó en 1959 uno de los hechos más determinantes de su vida: su entrevista con el astrofísico mexicano Guillermo Haro iniciaría una relación que culminó en boda nueve años después; 'me trató muy mal' en esa charla, explicó, y añadió: 'Me vengué casándome con él'.

La autora de 'La piel del cielo' se inició en el periodismo en 1953 en el periódico Excelsior, en una época en la que 'había pocas mujeres periodistas', que, además, se sentían muy discriminadas.

'Mi familia pensaba que el periodismo no lo ejercía la gente decente, que una señorita sólo aparecía dos líneas el día que nacía, dos el de su boda y dos el de su muerte', explicó en otra entrevista.

'En 1968 hubo movimientos estudiantiles en muchas partes del mundo; en París, Tokio, Berkley (EE.UU.), Checoslovaquia y en México, pero en el único lugar donde hubo muertos fue en la plaza de Tlatelolco, donde murieron 250 estudiantes', recordaba sobre los hechos que dieron pie a una crónica literaria con la que consiguió notoriedad.

Elena Poniatowska ha destacó también de su trayectoria vital la apuesta decidida que ha hecho por el líder izquierdista mexicano Andrés Manuel López Obrador, a quien a juicio de la escritora le arrebataron la Presidencia de la República por un fraude electoral en 2006.

Poniatowska ha dedicado también parte de su nutrida obra a documentar las vidas de mujeres que han dejado una marca profunda en la vida cultural mexicana, como lo hiciera con la fotógrafa italiana Tina Modotti y la activista Gaby Brimmer.

Pero también su obra, más de 40 libros en los que mezcla testimonios e información documental con su propia imaginación, representa la voz de las mujeres humildes, 'porque la mujer en México sigue teniendo un papel muy secundario, salvo excepciones'. EFE

Una vida entregada a la literatura y llena de premios