San Pedro Sula, Honduras. Del infierno del primer tiempo a la alegría del triunfo. Así fue la historia vivida por los hondureños durante el partido en que su Selección venció ayer por 2-1 a México.
El Aztecazo puso a celebrara todos. Grandes y chicos se fundieron en un abrazo y aunque no todos creían que el triunfo en tierra mexicana se pudiera dar, todos celebraron una jornada histórica en la cancha del coloso de Santa Úrsula.
La jornada eliminatoria del viernes comenzó como siempre. Con la incertidumbre y la controversia por el sueño de un resultado nunca alcanzado por un combinado nacional, y por la inseguridad en los hombres que saltarían a la cancha.
Y así como la lluvia mojó el rectángulo de juego, el gol de Oribe Peralta a los cinco minutos del primer tiempo cayó como un baldado de agua fría sobre la afición catracha que dudaba de la remontada debido al mal momento del equipo.
Sin embargo, como en las grandes proezas, el equipo vino de menos a más y tras un buen cierre del primer tiempo, los ánimos renacieron en el segundo.
Los cambios de Suárez encendieron nuevamente la llama de la esperanza. Primero Bengtson, luego Álvarez, y finalmente Marvin Chávez le cambiaron la cara al equipo.
Pero fue Bengtson quien como pólvora prendió el ambiente al decretar el 1-1. Y los aficionados no acababan de celebrar cuando llegó el 2-1 de los pies de Costly, 'El Cocherito' que por fin sacó la casta en México.
Desde entonces todo fue alegría, claro, con un poco de miedo y nervios a raíz de un México que quiso y no pudo reaccionar.
El silbato final acabó con la incertidumbre y empezó el festejo en la calles. Las típicas caravanas y el jolgorio en los restaurantes y casas no se hizo esperar. El triunfo histórico era la causa y por ello, el festejo fue hasta el amanecer. Y miren la forma en cómo lo celebró la afición hondureña que siempre confió en su Selección.
