La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Secretaría de Seguridad presentaron los resultados de la Encuesta de violencia contra niños, niñas y adolescentes en Honduras (Vacs).
El estudio levantado en Tegucigalpa, San Pedro Sula, Choloma, Tela y La Ceiba tuvo como propósito medir la prevalencia, naturaleza y consecuencias de la violencia física, emocional y sexual contra los menores.
La muestra fue 180 mujeres y 228 hombres.
Entre otras cosas, la encuesta destaca que cerca del 40% de hombres y mujeres experimentan algún tipo de violencia durante la niñez o adolescencia.
Destaca además que de las personas encuestadas, al menos un 16.2% de las mujeres y el 9.9% de los hombres sufrieron violencia sexual antes de los 18 años.
Entre los participantes de 18-24 años, 14.7% de las mujeres y 7.7% de los hombres experimentaron antes de los 18 años violencia emocional por parte de un adulto, un tutor adulto u otro pariente adulto.
Datos
15% de las víctimas mujeres encuestadas que sufrieron violencia sexual quedaron embarazadas.
1de cada cinco mujeres entrevistadas para el informe dijeron haber contraído matrimonio antes de los 18.
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“Las mujeres tuvieron mayor probabilidad de experimentar violencia emocional en la niñez comparadas con los hombres”, cita la investigación.Delmy Murcia, jefa regional de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf), manifestó que la violencia infantil es más común de lo que podría pensarse.
En la oficina de la ciudad reciben entre seis y siete casos al día relacionados con violencia a menores y vulneración de sus derechos.
A nivel nacional hay 44 mesas de protección de la niñez, integradas por autoridades y fuerzas vivas de la comunidad, que tienen como principal componente la prevención de la violencia.Murcia dijo que hay otras acciones que se desarrollan, como charlas para padres y educación en valores con un abordaje amigable para mejorar la convivencia en el hogar.
La psicóloga Marlen Córdoba señaló que los niños que son testigos de la violencia doméstica o que son víctimas de abuso tienen un riesgo grave de tener problemas de salud mental y física a largo plazo y volverse agresores durante la adultez.