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Venezuela: sentencia de muerte para enfermos renales

  • 09 febrero 2018 /

Unos 3,500 personas que han recibido transplante de riñón en peligro porque el Estado no les provee el tratamiento necesario.

    Caracas, Venezuela.

    Larry volvió a nacer luego de que su hermana le donara un riñón. Hoy está a punto de perderlo por la escasez de medicinas, un drama que afecta a miles de trasplantados en Venezuela y que ha cobrado varias vidas.

    La angustia de Larry Zambrano, instructor de béisbol de 45 años, es compartida por 3,500 trasplantados que aproximadamente desde hace año y medio no cuentan con los inmunosupresores necesarios para su tratamiento.

    Golpeado por el desabastecimiento de medicamentos para pacientes crónicos, de 95% según la Federación Farmacéutica, debió enfrentarse a tres “rechazos agudos” del órgano desde finales de 2016 y ahora afronta un cuarto. Teme correr la misma suerte de diez trasplantados que murieron en las últimas semanas de acuerdo a organizaciones de derechos humanos.

    Larry Zambrano, paciente que recibió transplante de riñón participó en la manifestación porque es uno de los 3,500 afectados con la falta de medicamentos necesarios para su tratamiento. Foto: AFP
    “Debería tomar 16 pastillas diarias, pero tomo ocho para estirarlas”, contó Larry a la AFP desde su casa en una barriada montañosa al oeste de Caracas.

    Para adquirir su tratamiento completo en el exterior necesitaría 700 dólares mensuales, un monto “inalcanzable para la mayoría”.

    Con una hiperinflación que el FMI proyecta en 13,000% para este año, el ingreso mínimo en Venezuela de 798,510 bolívares (tres dólares en el mercado negro) apenas alcanza para dos libras de carne y un cartón de 30 huevos.

    Farmacias estatales distribuyen medicamentos de alto costo, pero “no suministran todos” los que requiere, lamenta Larry. A juicio del médico y diputado opositor, José Manuel Olivares, “cualquier venezolano que no tiene plata (dinero) está condenado a morir”.

    La gestión del presidente Maduro es considerada “mala” o “pésima” por 75% de los venezolanos, según sondeo del Instituto Venezolano de Análisis de Datos. Foto: AFP
    Miguel Alvarado, padre de niños de uno y dos años, no recibe desde hace seis meses medicinas para evitar el rechazo del riñón que su madre le donó siete años atrás.

    “Vendí parte de mis bienes para comprar medicinas”, dijo Miguel, de 36 años. Está cesante en su trabajo en una trasnacional de productos de limpieza, “pues no hay materia prima” y las operaciones se paralizaron.

    Ha sentido mareos, temblores y dolores abdominales. Ha tomado, desesperado, medicinas vencidas.

    Hemodiálisis

    La ONG Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida) advierte que, además de los trasplantados, otros 16,000 enfermos renales están en “riesgo inminente de muerte” por el cierre de unidades de diálisis. Varias ONG han propuesto al gobierno que acepte cooperación internacional de la Organización Panamericana de la Salud, sin éxito.

    El 30 de enero, el presidente Nicolás Maduro aprobó 12,3 millones de euros para importar “medicamentos hemoderivados, insumos para bancos de sangre, catéteres y reactivos para máquinas de diálisis”. Sin embargo, en medio de la escasez de fármacos, lanzó un “plan de salud ancestral” para tratar enfermedades con hierbas y productos naturales.

    La merma de fármacos, sostiene la oenegé Codevida, amenaza a más de 300,000 pacientes crónicos con afecciones diversas. Foto: AFP