23/04/2024
02:36 AM

Menos impuestos a empleos socialmente útiles

¿Qué políticas pueden alentar a los trabajadores talentosos a elegir carreras con un beneficio social?

Nueva York, Estados Unidos.

La investigación económica indica cada vez más que algunas profesiones tienen “ efectos colaterales”, lo cual quiere decir que el valor social del trabajo de un individuo puede ser mucho mayor, o mucho menor, que su compensación. El mercado laboral no da cuenta de todo el valor social.

¿Qué políticas pueden alentar a los trabajadores talentosos a elegir carreras con un beneficio social? Nuestro reciente artículo, titulado Taxation and the Allocation of Talent (“Impuestos y la distribución de talento”), analiza esta cuestión. Retomando el trabajo del destacado economista británico Arthur Pigou, los expertos económicos han propuesto subsidiar actividades con excedentes positivos y cobrar impuestos a aquellas con excedentes negativos. Nuestro artículo aplica esta idea a la distribución del talento.

Consideramos dos distintos tipos de políticas impositivas. En la primera, el gobierno modifica los tipos impositivos del impuesto sobre la renta en general de tal modo que los empleos con bajos salarios y un excedente positivo parezcan más atractivos después de descontar los impuestos. En la segunda, el gobierno grava (o subsidia) algunas profesiones más que otras.

La primera, y más modesta, política de ajuste de los tipos impositivos del impuesto sobre la renta incentivaría poco el crecimiento económico. La idea aquí es que aumentar los tipos impositivos más elevados alentaría a los trabajadores a elegir empleos que paguen poco, y en algunos casos se podría traducir en que más trabajadores elijan profesiones más socialmente valiosas.

En contraste, la segunda política más radical de imponer impuestos a profesiones específicas podría ayudar a la economía a crecer drásticamente. Dichos impuestos motivan directamente a los trabajadores a escoger profesiones con los más altos excedentes sociales.

¿Significa esto que los gobiernos deberían ajustar sus códigos fiscales a fin de introducir distintas tasas impositivas para distintos empleos? Vemos dos razones por las que hacerlo funciona mejor en la teoría que en la práctica. En primer lugar, definir con exactitud las profesiones sería difícil, en particular con billones de dólares en ingresos fiscales en juego. En segundo lugar, los tipos impositivos para profesiones específicas generan oportunidades para el cabildeo de profesiones específicas. Los tipos impositivos resultantes podrían favorecer a sectores con mayor influencia política en lugar de aquellos con mayores excedentes.


(Benjamin B. Lockwood es profesor adjunto de economía comercial y políticas públicas en la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania. Charles G. Nathanson es profesor adjunto de finanzas en la Escuela de Administración Kellogg de la Universidad del Noroeste. E. Glen Weyl es investigador principal en Microsoft Research New England y académico investigador sénior en Yale)