18/04/2024
01:53 AM

'Mi corazón presintió que algo malo le pasaría a Carlitos”

Zara Anaya era la novia de Carlos Collier. Ella revive el momento
cuando lo vio por última vez.

Tegucigalpa, Honduras

“Tenía un presentimiento, mi corazón me decía que a Carlitos algo podía pasarle. Yo estuve con él el día que murió, estuvimos juntos, compartimos, pero temprano me despedí de él y me fui a mi casa. Él se quedó, me prometió que se iría rápido. No sé por qué, pero yo caminaba y lo volteaba a ver, varias veces lo hice, me volteaba y lo miraba. Era como que algo me decía que ocurriría algo. Mi corazón presintió que algo malo le pasaría a Carlitos”.

Así relató Zara Anaya, el último momento que vio con vida a su novio Carlos Collier, quien murió de manera violenta el pasado 11 de octubre. Zara y Carlos tenían dos años de tratarse, de compartir sus tardes, de bromear, de divertirse, pero nunca esperó que su muerta fuera tan repentina, tan trágica.

Zara solo recuerda que estuvo pendiente de Carlos en la noche, esperaba la llamada en la que le dijera que estaba en la casa de su padre, pero lo que Zara recibió fue un mensaje y no precisamente de su amado, sino de Carlos Alfredo Alvarenga, alias Susano.

“Como a las nueve de la noche me avisaron que lo habían dejado en la casa de su papá, eso me tranquilizó. Pero cuando recibo un mensaje de Carlos, de Susano, me paralizó. El mensaje decía que Carlos se pegó un tiro y se murió. Yo creí que bromeaba y le dije ‘no bromees con esas cosas’.

Me repitió: ‘no entendés que se murió, se murió te digo’. Me desesperé, y fue cuando pensé en ir a su casa para estar segura si Susano me decía la verdad. Pero lo único que me dijo es que estaba grave, pero Carlos ya estaba muerto”, contó la joven que estudia Derecho en una universidad privada. Hoy a Zara solo le queda recordar los momentos vividos, leer los últimos mensajes que le envió y acompañar a Tatiana Núñez, la madre del ser que más amó en la lucha por exigir justicia.

“No me lo van a devolver”. Dora Wendt es la abuela materna de Carlos Collier. Ha acompañado a su hija desde el momento que le avisó de la muerte de su nieto. Sin pensarlo, tomó el primer avión y viajó desde Carolina del Norte, Estados Unidos, para despedir a su “niño”, como ella lo llamaba.

“La última vez que lo vi fue hace cuatro meses. Tuve que venir al velatorio y entierro de mi hijo que se me mató hace cuatro meses. Estuve con Carlitos, él me fue a traer al aeropuerto porque yo venía descontrolada. Mi niño siempre tenía ese detalle y hasta me llevaba una silla de ruedas porque decía que yo era viejita y aunque yo no la necesitaba, yo me sentaba y él me jalaba y me andaba por todo el aeropuerto”, recuerda.

Sus ojos se llenan de lágrimas, un nudo le impide hablar, pero tras dar un suspiro dice que su nieto era un niño bello. “Era un niño muy especial. Un niño bello, un niño al que le gustaba compartir. Sé que en esta lucha por justicia por su muerte no me lo van a devolver, pero me van a dar un poco de paz. He renunciado a todo, he dejado todo porque mi hija solo me tiene a mí”.

Foto: La Prensa

Carlos Collier.
En su relato con LA PRENSA, la abuela reveló que la Embajada de Estados Unidos le ha dado una cita para una entrevista. “Tengo entrevista con la Embajada estadounidense para entrar en todos los detalles de la investigación. Ellos no necesitan que les diga nada, solo buscan protegerme”.

La próxima semana, la Corte de Apelaciones recibirá el expediente de la apelación presentada, después que los defensores contestaron los agravios en el recurso. Cuando conozcan el proceso emitirán su resolución para determinar si se revocan o no las medidas que decretó la jueza número 19 contra James O’connor, Elías Tauffic Chaín, Olga Marina López y Carlos Alfredo Alvarenga.