25/04/2024
08:46 AM

37,700 pobladores de Cabañas y Las Palmas ya respiran paz

Los habitantes de los populares barrios dicen estar felices porque ya no dormirán en zozobra.

San Pedro Sula, Honduras.

Nadie mejor que los más de 37,000 pobladores que residen en los barrios Cabañas, Medina y Las Palmas saben la paz y tranquilidad que brinda la certeza que el centro penal sampedrano ya no volverá a quitarles el sueño.

El sentir de los habitantes de los barrios aledaños a la vieja cárcel es uno solo. Dicen estar tranquilos y aliviados que el centro penal, considerado una bomba de tiempo, haya sido cerrado este pasado 14 de octubre.

Tengo 50 años de vivir en Cabañas. Esto es algo muy positivo y lo agradecemos

Salvador Hernández, habitante del barrio Cabañas.
“Yo pensé que mis ojos nunca verían esto. Fueron muchas noches sin dormir, muchos desvelos. No estaba tranquila ni de día ni de noche, pero esto ya se acabó. Dios es un Dios de milagros”, expresó Geraldina Inestroza, habitante del barrio Las Palmas.

Luego del traslado de los últimos 941 reclusos a la cárcel de Támara, El Porvenir y al penal de el Progreso, Yoro, el pasado viernes, el presidente Juan Orlando Hernández, en compañía de otras autoridades, cerraron definitivamente la cárcel de San Pedro Sula, que funcionó por más de 60 años en el barrio Cabañas.

Me gustaría que construyeran un parque donde funcionaba el centro penal

Ana Lucía Leiva, pobladora de Cabañas.
La clausura se llevó a cabo este sábado y se dio inicio a una nueva era para la Capital Industrial, ya que en este extenso terreno se construirá un proyecto de mucho beneficio para la ciudadanía.

De acuerdo con datos de la Dirección de Investigación de Estadística Municipal (Diem), en el barrio Cabañas residen 22,854 personas, en el barrio Cabañitas 2,239 en Las Palmas 4,585 y en Medina 8,046 que juntos suman 37,724 habitantes. Ellos son los más beneficiados con el traslado de los presos y la demolición del penal.

Beneficios

Virgilio Flores, exvicepresidente del patronato de Las Palmas, manifestó que las repercusiones del cierre del penal son todas positivas, siendo algunas el aumento del valor de las propiedades y que nuevamente pueden estar comunicados por medio de la telefonía celular.

Era una verdadera bomba de tiempo. La cárcel era un peligro inminente para nosotros

Elmer Leiva, residente de Las Palmas.
“Se respira otro aire, si no se hizo carnaval fue por situaciones económicas. Yo espero que las autoridades no descuiden el sector”, dijo Flores, quien habita en esa zona desde hace 36 años.

El líder comunitario expresó que entre las mejores opciones de proyectos a construir en ese predio está un mercado o un hospital que descongestione los otros centros asistenciales públicos. “Esta es una gran obra que han hecho. Los vecinos de aquí somos los más felices, porque ya se terminó la zozobra con la que vivíamos”, compartió Salvador Hernández, poblador de Cabañas.

Ana Lucía Leiva contó que en muchas ocasiones que se suscitaron amotinamientos se escondió junto con su familia en el baño de la casa para resguardarse de las balas.

Nosotros solicitamos que el predio se divida en cuatro zonas y no en un parque

Andrés García, presidente patronato Cabañas.
“Nosotros estamos más tranquilos, sabemos que ya no nos va a pasar nada”, puntualizó Leiva, quien tiene 20 años de vivir en Cabañas.

Elmer Leiva, habitante de Las Palmas, declaró que en ocasiones escuchaban disparos a media noche, los cuales no los dejaban dormir en paz. “Uno vivía pensando en qué momento se fugaban y se iban a refugiar a las casas de uno. Con esta acción viene la tranquilidad”, manifestó.

El urbanizador Osmin Bautista explicó que el valor de las casas y propiedades ubicadas en los barrios aledaños aumentará. Aseguró que el beneficio dependerá de la obra que se construya en reemplazo al penal. “La Municipalidad debe hacer la revalorización de los predios. Será oferta y demanda, pero los precios especulativos iniciales van a marcar la tendencia”, sugirió.