Barcelona, España.
Una marea roja inundó ayer las calles de Barcelona en defensa de la unidad de España y contra el proceso secesionista en Cataluña, a dos días de la celebración del pleno del Parlamento regional en el que se apresta a declarar la independencia.
Cerca de un millón de personas, “ la verdadera Cataluña”, según medios locales, se concentraron en la capital catalana portando banderas de España, Cataluña y la Unión Europea.
Bajo el lema “ ¡Basta, recuperemos la sensatez!”, la marcha reunió a unos catalanes opuestos a la independencia que no suelen significarse, en contraste con las colosales manifestaciones independentistas de los últimos años.
Tras considerar que ha ganado la consulta prohibida y marcada por violentas cargas de la policía española, el presidente catalán,
Carles Puigdemont, amenazó con declarar unilateralmente la independencia de la región que representa el 16% de la población y el 19% del PIB de
España, y cuyos 7,5 millones de habitantes se encuentran profundamente divididos sobre la secesión, según encuestas.
“La declaración de independencia, que nosotros no llamamos declaración ‘unilateral’ de independencia, está prevista en la ley del referéndum como aplicación de los resultados. Aplicaremos lo que dice la ley”, aseguró Puigdemont, que dio por bueno un referéndum declarado ilegal por el Tribunal Constitucional y plagado de irregularidades.”, advirtió.
En el otro lado, el Gobierno de Mariano Rajoy se niega a dialogar mientras los independentistas no hayan retirado la amenaza de la secesión.
Advertencia
“España va a seguir siendo España y lo va a seguir siendo durante mucho tiempo”, dijo Rajoy en una entrevista al diario El País.
“El Gobierno tomará las decisiones que tenga que tomar en el momento preciso”, agregó Rajoy, quien insistió en que el Ejecutivo español se encargará de que esa supuesta declaración de independencia, en el caso de que se produzca, “no entre en vigor nunca”.
El Parlamento catalán debe, según el calendario independentista, declarar la secesión a más tardar 48 horas después de que se proclamen los resultados del referéndum, algo que no ha sucedido.
Puigdemont se dirigirá a la cámara regional, donde los secesionistas son mayoritarios, la tarde del martes 10 de octubre, para comentar la “ situación política”. Se espera que ese sea el momento elegido para declarar la independencia.
En tanto, los manifestantes en Barcelona se reivindicaron como una “mayoría silenciosa”.
Una marea roja inundó ayer las calles de Barcelona en defensa de la unidad de España y contra el proceso secesionista en Cataluña, a dos días de la celebración del pleno del Parlamento regional en el que se apresta a declarar la independencia.
Cerca de un millón de personas, “ la verdadera Cataluña”, según medios locales, se concentraron en la capital catalana portando banderas de España, Cataluña y la Unión Europea.
Bajo el lema “ ¡Basta, recuperemos la sensatez!”, la marcha reunió a unos catalanes opuestos a la independencia que no suelen significarse, en contraste con las colosales manifestaciones independentistas de los últimos años.
La Unión Europea advirtió que una Cataluña independiente quedaría fuera del bloque de los 28.
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“La declaración de independencia, que nosotros no llamamos declaración ‘unilateral’ de independencia, está prevista en la ley del referéndum como aplicación de los resultados. Aplicaremos lo que dice la ley”, aseguró Puigdemont, que dio por bueno un referéndum declarado ilegal por el Tribunal Constitucional y plagado de irregularidades.”, advirtió.
En el otro lado, el Gobierno de Mariano Rajoy se niega a dialogar mientras los independentistas no hayan retirado la amenaza de la secesión.
Puigdemont insiste en aplicar la declaración independentista.
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“España va a seguir siendo España y lo va a seguir siendo durante mucho tiempo”, dijo Rajoy en una entrevista al diario El País.
“El Gobierno tomará las decisiones que tenga que tomar en el momento preciso”, agregó Rajoy, quien insistió en que el Ejecutivo español se encargará de que esa supuesta declaración de independencia, en el caso de que se produzca, “no entre en vigor nunca”.
El Parlamento catalán debe, según el calendario independentista, declarar la secesión a más tardar 48 horas después de que se proclamen los resultados del referéndum, algo que no ha sucedido.
Puigdemont se dirigirá a la cámara regional, donde los secesionistas son mayoritarios, la tarde del martes 10 de octubre, para comentar la “ situación política”. Se espera que ese sea el momento elegido para declarar la independencia.
En tanto, los manifestantes en Barcelona se reivindicaron como una “mayoría silenciosa”.
“¡Basta! Recuperemos la sensatez”, el lema de las protestas. Foto: EFE
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