Tegucigalpa, Honduras.
Un enorme agujero para esconder armas y dinero ha sido detectado en otro punto del módulo Escorpión, ubicado en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, en Támara, Francisco Morazán.
El nuevo hallazgo fue localizado por un grupo especializado de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), quien hasta ahora no ha dado mayores detalles, solo han expresado que el mismo supera a las caletas encontradas en ese mismo módulo, como también en el de San Pedro Sula.
“Descubrir este nuevo punto ha sido gracias a informaciones, al trabajo de un equipo especializado que ha permitido que se encuentre otro depósito subterráneo, donde este grupo de antisociales guardó armas y posible dinero.
Hablamos de una cantidad fuerte. Se está trabajando en ello y en su momento se develarán los detalles de este nuevo hallazgo que aún está en la etapa de procesamiento”, explicó uno de los investigadores.
Varios errores
A criterio de las autoridades que han dado seguimiento al operar, tanto de la mara MS como la pandilla 18, los antisociales cometieron varios errores porque no se blindaron completamente para que sus escondites de armas y dinero pasaran desapercibidos. No contaron con que las caletas que ellos mismos cavaron fueran descubiertas y esto, a criterio de los investigadores, los debilitó.
“Estaban seguros que los agujeros que construyeron en las dos cárceles serían sus santuarios, donde solo los jefes tendrían acceso y utilizarían en caso de extremo peligro.
Sin embargo, los traslados y movilizaciones que se hicieron de altos mandos de esas estructuras provocó que quedaran al descubierto y en poco tiempo se encontraran esos depósitos, pero puedo decirle que lo que ahora estamos detectando puede ser un depósito mayor a lo que hemos encontrado tras el traslado de ellos a las cárceles de máxima seguridad” dijo el agente.
Los procedimientos que se siguen para descubrir este nuevo escondite son con estrictos controles y, por ello, aún no pueden detallar el alcance de lo que tras ese depósito hay en el módulo Escorpión, por lo que se reservan por ahora a dar un aproximado del número de armas o dinero que estaría en esa nueva caleta.
Antecedentes
Las requisas realizadas en San Pedro Sula en el mes de julio dejaron al descubierto cómo las maras mantenían su depósito de dinero y armas. Les hallaron L3.3 millones, fusiles, subametralladoras, pistolas, granadas, celulares, pasamontañas, routers, además de drogas.
Un mes después, en el módulo Escorpión de Támara, un hallazgo ponía en evidencia otro depósito que no solo dejó dinero y armas como producto de las requisas, sino que además dejó al descubierto que en esos agujeros también ocultaron cuerpos, cuatro al menos que han sido encontrados en este lugar y que aún no han sido identificados por las autoridades forenses.
Un enorme agujero para esconder armas y dinero ha sido detectado en otro punto del módulo Escorpión, ubicado en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, en Támara, Francisco Morazán.
El nuevo hallazgo fue localizado por un grupo especializado de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), quien hasta ahora no ha dado mayores detalles, solo han expresado que el mismo supera a las caletas encontradas en ese mismo módulo, como también en el de San Pedro Sula.
“Descubrir este nuevo punto ha sido gracias a informaciones, al trabajo de un equipo especializado que ha permitido que se encuentre otro depósito subterráneo, donde este grupo de antisociales guardó armas y posible dinero.
Hablamos de una cantidad fuerte. Se está trabajando en ello y en su momento se develarán los detalles de este nuevo hallazgo que aún está en la etapa de procesamiento”, explicó uno de los investigadores.
Varios errores
A criterio de las autoridades que han dado seguimiento al operar, tanto de la mara MS como la pandilla 18, los antisociales cometieron varios errores porque no se blindaron completamente para que sus escondites de armas y dinero pasaran desapercibidos. No contaron con que las caletas que ellos mismos cavaron fueran descubiertas y esto, a criterio de los investigadores, los debilitó.
“Estaban seguros que los agujeros que construyeron en las dos cárceles serían sus santuarios, donde solo los jefes tendrían acceso y utilizarían en caso de extremo peligro.
Sin embargo, los traslados y movilizaciones que se hicieron de altos mandos de esas estructuras provocó que quedaran al descubierto y en poco tiempo se encontraran esos depósitos, pero puedo decirle que lo que ahora estamos detectando puede ser un depósito mayor a lo que hemos encontrado tras el traslado de ellos a las cárceles de máxima seguridad” dijo el agente.
Los procedimientos que se siguen para descubrir este nuevo escondite son con estrictos controles y, por ello, aún no pueden detallar el alcance de lo que tras ese depósito hay en el módulo Escorpión, por lo que se reservan por ahora a dar un aproximado del número de armas o dinero que estaría en esa nueva caleta.
Antecedentes
Las requisas realizadas en San Pedro Sula en el mes de julio dejaron al descubierto cómo las maras mantenían su depósito de dinero y armas. Les hallaron L3.3 millones, fusiles, subametralladoras, pistolas, granadas, celulares, pasamontañas, routers, además de drogas.
Un mes después, en el módulo Escorpión de Támara, un hallazgo ponía en evidencia otro depósito que no solo dejó dinero y armas como producto de las requisas, sino que además dejó al descubierto que en esos agujeros también ocultaron cuerpos, cuatro al menos que han sido encontrados en este lugar y que aún no han sido identificados por las autoridades forenses.
