Tegucigalpa, Honduras.
“En la multa aplicada es la máxima porque son reincidentes. En los artículos 65, 66 y 67 del código de disciplina está basado (la suspensión), donde se habla de la seguridad del equipo local, ahora le tocan a las autoridades investigar más”, señaló Pineda, y agregó que Motagua está en todo su derecho de apelar la resolución.
El equipo que comanda el entrenador Diego Vázquez volvería a tener actividad como local en el estadio Nacional en la ronda de liguilla cuando se cumplas sus nueve partidos de suspensión.
El Motagua fue castigado con nueve partidos sin jugar como local en el Estadio Nacional en el próximo Torneo Apertura 2017/2018 y recibió una multa de 100,000 lempiras por la tragedia que ocurrió el domingo en la gran final, donde murieron cuatro aficionados en una avalancha humana al intentar ingresar.
La Comisión de Disciplina del Centro se reunió ayer y tomó la determinación en base al informe de seguridad, acta arbitral y del comisario. Fue de forma unánime, señaló el presidente de la entidad, Allan Pineda, y en la que estuvieron presentes todos los miembros. También el club azul debe pagar 100,000 lempiras de multa.
Con el castigo aplicado, el Motagua no podrá jugar de local en el estadio Nacional durante el próximo torneo Apertura 2017/2018 y tendrá que utilizar sus estadios alternos, que de momento son el Carlos Miranda de Comayagua y Marcelo Tinoco de Danlí. El bicampeón nacional puede inscribir otros escenarios en la próxima sesión de la Liga Nacional antes de arrancar el campeonato.
NADIE ASUME RESPONSABILIDAD
A cuatro días de la muerte de cuatro aficionados en el Estadio Nacional, nadie ha dado un paso al frente para asumir alguna responsabilidad.
El domingo 28 de mayo el Estadio Nacional, repleto por unos 30,000 espectadores, estaba listo para una fiesta deportiva por el partido de vuelta de la final del torneo Clausura entre el Motagua y el Honduras Progreso, que el primero ganó por goleada 3-0 y se proclamó bicampeón.
Hasta ahora ninguna autoridad encargada de la seguridad de los aficionados se ha responsabilizado por lo ocurrido en el Estadio Nacional, en el que las entradas para el partido se comenzaron a vender en las taquillas desde el viernes pasado.
La Secretaría de Seguridad informó el mismo domingo, tras la tragedia, que hubo una venta masiva de boletos falsos y que al momento de la avalancha en el portón número 11 del estadio, la multitud de aficionados quería ingresar a la fuerza porque faltaban pocos minutos para que comenzara el partido.
Según la versión oficial, la Policía Nacional también instaló seis anillos de seguridad para un control de los aficionados, lo que al parecer se hizo a medias porque dentro del estadio abundaron bengalas, sombrillas y otros objetos que no están permitidos en las gradas ni en otras instalaciones como las de silla y palcos.
La junta directiva del Motagua ha respondido que no hubo sobreventa de boletos y que ese extremo lo pueden demostrar ante cualquier autoridad. El presidente del Motagua, Pedro Atala, dijo tras finalizar el partido que era lamentable la muerte de los cuatro aficionados, que no había “nada que celebrar”, y ofreció ayudar en lo posible a las familias de las víctimas. El Motagua también informó que su personal descubrió que se estaban vendiendo boletos falsos y que alertó de eso a la Policía Nacional, que por reglamento asumió el control del Nacional 48 horas antes del partido.
